Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de mayo de 2025
Me parece muy bien, y en algo como ello, había pensado yo para salir del primer apuro. Después, Dios dirá... ¿no es así, Leto? Así mismo, respondió éste algo mustio otra vez.
Voy á emitir esta gran idea... Ya la he dicho.... No ha hecho efecto... Procuraré ser esmerado en la frase... Esta oración va bien... ¿Como la terminaré?... ¡Qué apuro!... No doy con el adjetivo... ¡Demonio de adjetivo!... ¡Ahí terminaré con un apostrofe ... allá va.... No ha hecho efecto ... no me aplauden."
Por otra parte, éste podía salir de un momento a otro al corredor y encontrarse con él, lo cual era peor. ¿Qué hacer? No vio medio más adecuado de salir del apuro que, montar cautelosamente sobre la baranda y descender al suelo por la parra, agarrándose con pies y manos, como había hecho otras veces para probar el progreso de sus fuerzas y agilidad. Una vez en la calle, corrió a casa de Rosa.
El Príncipe se ve entonces en el mayor apuro, porque no puede casarse con las dos, y las propone recurrir á la suerte.
Y desapareció enseguida para no verse en el apuro de responder más clara y categóricamente. Cristela daba vueltas y más vueltas en su imaginación la sibilina respuesta del enano, y no la comprendía. «El amor entra por los ojos... pensaba. Esto quiere decir que es el rostro lo que enamora.
9 Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y cada uno comerá la carne de su amigo, en el cerco y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus almas. 10 Y quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo,
Y al charco fue al salir el sol, limpiándose los sudores, y con la sangre a medio helar. Llegó. Llamó. /P «Camaroncito duro, Sácame del apuro.» P/ Vio salir del agua las dos bocas negras. Oyó que le decían «¿qué quiere el leñador?»pero no tenía fuerzas para dar su recado. Al fin dijo tartamudeando: Para mí, nada: ¿qué pudiera yo pedir? Pero se ha cansado mi mujer de ser princesa.
Contando con ataques de aquella especie, había en casa varios medicamentos y nos había dado Neluco algunas instrucciones para combatir el apuro en los primeros instantes mientras se le avisaba a él; pero yo no acertaba a hacer ni a disponer cosa con cosa. ¡Tan aturdido me veía!
Había olvidado decirle que me vi en la necesidad de fundar un Banco, sólo para mis tesoros. Y siempre que el Banco de Londres ó el Banco de Francia se veían en un apuro, me enviaban atentas cartitas para que los sacase del atolladero. Novoa rió de la sencillez con que el pianista contaba sus grandezas. Parecía obsesionado aún por su ensueño.
En los salones, casi vacíos, sólo quedaban como recuerdos del antiguo esplendor algunos tapices astrosos, cuadros negruzcos con santos ensangrentados en posturas horripilantes, sillerías de estilo Imperio con la seda deshilachada; todo lo que no habían querido los corredores de antigüedades de Sevilla, a los que llamaba el marqués en sus momentos de apuro.
Palabra del Dia
Otros Mirando