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Actualizado: 29 de noviembre de 2025
Este personaje oportuno, que llegaba siempre por casualidad al final de los banquetes abolicionistas, andando el tiempo llegó a ser conocido en Madrid. La gente solía decir cuando pasaba por la calle: «Ahí va el negrito de Valle.»
Oído lo cual, añadió Lepe: Pues vaya cada uno por su lado; alguien he de encontrar que me lleve en coche o a la grupa, que yo no subo andando. Despidiéronse con la sonrisa en los labios, aunque odiándose, y puesto el pensamiento en su ambicioso propósito, emprendieron a hora distinta y por diversos lugares el camino.
Sólo recobró un tanto la perdida calma cuando se hubo postrado de hinojos ante una de las toscas cruces inmediatas al camino y orado fervorosamente, pidiendo para el arquero y para sí mismo el perdón del Cielo. Tristán y Simón siguieron andando.
Viajes de circumnavegación=. Otra prueba de la redondez de la Tierra y de su aislamiento en el espacio se deduce de los viajes de circumnavegación. Dase ese nombre al trayecto seguido por un navío que, andando siempre en el mismo sentido, por ejemplo, hacia el oeste, acaba por volver al punto de partida, pero por el lado del este.
48 Y los vio fatigados remando, porque el viento les era contrario; y cerca de la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar, y quería precederlos. 49 Y viéndole ellos, que andaba sobre el mar, pensaron que era fantasma, y dieron voces; 50 porque todos le veían, y se turbaron. Mas luego habló con ellos, y les dijo: Alentaos; YO SOY, no temáis.
Las colonias que hoy se ven en los altos jardines rodeados de nieve, han subido lentamente desde la llanura, mientras otras plantas de la misma especie, andando en sentido contrario, se dirigían hacia las regiones polares, en las cuales habitan en la actualidad.
Mientras vamos andando volveremos a hablar de este asunto. Volvieron a ponerse en marcha. El intendente siguió demostrando su alegría. Cuanto antes trataría de hablar a Marta y pedirle perdón por sus sospechas mal fundadas, y hacerle comprender por medio de palabras buenas que conocía la causa de su pesar. Catalina no hacía más que suspirar mientras él hablaba.
No importaba dos ardites, bien examinada; pero debió haber pasado de otro modo muy diferente... Anduvo, anduvo, pensando y andando, sin mirar a un lado ni a otro, porque harto sabía que el mirar era innecesario hasta llegar al punto preciso, que estaba bien marcado en su memoria... cosa de media vara a la derecha del camino... subiendo; porque ello había sido bajando, y entonces quedó a la izquierda... Por allí, en tales días y a tales horas, no solía pasar gente; y aunque pasara, sería lo mismo para el caso. ¿Quién había de fijarse?... Y aunque se fijara, ¿valía ello para nadie, a la simple vista, el trabajo de doblarse por la mitad?...
Este se hallaba magullado, roto y en un estado de desfallecimiento tal, que no podía andar sino á pasos cortos y vacilando á cada momento. El militar le sostuvo con fuerza, y andando con él muy lentamente, le preguntó dónde estaba su casa para llevarle á ella.
No se había atrevido á desenvainar la daga, porque temía no le aconteciese otra negra aventura como la que creía haberle acontecido la noche anterior; esto es: matar á un hombre entre lo obscuro, sin voluntad alguna de matarle. Y siguió, siguió andando con paso tan rápido, que se cansó al fin y se sentó en el escalón de una puerta.
Palabra del Dia
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