United States or French Southern Territories ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tenía ahora una escala apoyada en cada una de sus rodillas; sobre los muslos se alzaban otras escalas más grandes, cuyo remate venía á apoyarse en sus hombros, y por todas ellas se desarrollaba un continuo subir y bajar de seres diminutos, agitándose como marineros que preparan una maniobra.

Alrededor suyo, entretanto, se alzaban centenares de voces diciendo: ¡Urbási! ¡Urbási! ¡Es ella! ¡Es ella! la que el tirano había robado.

El puente tenía tres arcos. En el primero, tendido boca abajo sobre la húmeda arena, se hallaba un hombre pobremente vestido. A su lado se veía un zurrón de sucio y remendado lienzo y un garrote. A unos quince pasos de distancia, en la orilla del barranco, se alzaban unos espesos y grandes carrizales cuyas hojas, abrasadas por el ardiente sol del verano, tenían un color rojo amarillento.

No siempre necesitaban, dioses y gigantes, agarrar las montañas para que cambiaran de sitio, porque obedecían éstas á cualquier seña. Las piedras acudían al sonido de la lira de Orfeo y las montañas se alzaban para oir á Apolo: así nació el Helicón, morada de las musas.

Poco a poco fueron enrojeciéndose las paredes de los altos campanarios, los ruidos se hicieron más perceptibles a través del aire algo más húmedo, anchas franjas de fuego se formaron sobre el ocaso hacia el lado en donde se alzaban por encima de las casas los mástiles de los barcos amarrados a la orilla del río.

Los libros que leía, las lecciones que escuchaba, dejaban en su espíritu profunda huella; y el pobre muchacho, traído del campo hasta la morada del obispo, trasladado de pronto desde la libre existencia de los prados y montes al severo recinto por donde vagaban, como espectros atezados, los familiares de su tío; obligado a cambiar de género de vida, rodeado siempre de rostros en que parecía delito la sonrisa, sin nadie a quien poder trasmitir las primeras impresiones que, como bandada de pájaros no avezados al vuelo, se alzaban en su alma, fue poco a poco haciéndose reservado y triste; sintió anublado su espíritu por las sombras que la soledad engendra, y sólo halló para sus cavilaciones puerto de refugio en la esperanza del porvenir.

Unas, desabrochándose el corpiño, se hacían aire con el pañuelo de seda doblado; otras, tumbadas boca abajo, sostenían el cuerpo en los codos y la barba en las palmas de las manos; otras, sentadas a la turca, alzaban cuándo la pierna izquierda, cuándo la derecha, para evitar los calambres.

Los montañeses rebosaban de entusiasmo; alzaban las manos, se ensalzaban unos a otros y se consideraban los primeros héroes de la Tierra.

Cuán pasmosa no sería la sorpresa de Morsamor, de Tiburcio y de sus compañeros, cuando, al llegar la noche del día desde cuya mañana estaban detenidos, oyeron lastimeros gritos que se alzaban por el costado izquierdo de la nave y que decían en lengua castellana: ¡Socorrednos: tened compasión de nosotros! ¡Recibidnos a bordo!

Era tal entonces la generosidad de aquel suelo, que las palmas enanas, que hoy suelen cubrirle y que apenas sirven para más que para hacer escobas y esportillas, se alzaban a grande altura, mientras que las crestas más empinadas de los montes, calvas ahora, se veían cubiertas de una verde diadema de abetos, de pinos y de cipreses.