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Actualizado: 5 de mayo de 2025


La mamá y las niñas volvieron al comedor y dieron vuelta a la mesa, leyendo las tarjetas que acompañaban a los regalos. Allí estaba la del tío don Juan. Siempre el mismo. El muy tacaño, a pesar de sus millones, se había contentado con media docena de pasteles: total, tres pesetas. No se arruinaría.

Varios músicos, vestidos como dicen que se visten los Gandarbas o músicos del cielo de Indra, acompañaban la danza con arpas, flautas y violines, y con eróticos cantares. Poldy quedó deslumbrada al contemplar todo esto y formó el concepto más alto del esplendor y de la riqueza del señor indio. De su traza personal es de lo que aquella fotografía no le daba idea completamente satisfactoria.

Fuéronse, y juntáronse con las muchas labradoras que a la hora de las avemarías suelen salir de Madrid para volverse a sus aldeas, y entre otras vuelven muchas, con quien siempre se acompañaban las gitanas, y volvían seguras. Porque la gitana vieja vivía en continuo temor no le salteasen a su Preciosa.

A este tiempo habia sacado en procesion el Prior de San Agustin, acompañado de las comunidades de San Francisco y de la Merced, la devota efigie del Santo-Cristo de Burgos, llevándole en procesion por las calles, plazas y extramuros de la villa, pero solo le acompañaban las viejas: y sin hacer aprecio ni respetar tan sagrada imagen, se ocupaban los criollos, unidos con los indios, en saquear la casa del corregidor.

Miss Gordon necesitaba diariamente el alimento espiritual de la música. Tenía un piano en su salón y un rimero de partituras que la acompañaban en sus viajes. Jaime sentábase junto a ella, frente al teclado, y procuraba seguirla como acompañante en las piezas que interpretaba, siempre del mismo autor, del dios, del único.

Unicamente cuando se hubo cerrado la verja, perdiéndose en la obscuridad el adorable bulto de Alicia, se decidió el príncipe á alejarse. Tuvo que marchar á pie hasta la lejana Villa-Sirena, y sin embargo le pareció breve el camino. Le acompañaban recuerdos y promesas. Nunca había andado tan ligeramente.

Juan Díaz de Solís, que descubrió el río de la Plata en el año de 1516, fué el primero que desembarcó en el suelo del Uruguay y habiendo tomado posesión del país en nombre del rey de España, este acto le costó la vida, porque los salvajes charrúas, que habitaban entonces allí, le atacaron, matándole lo mismo que a todos los que le acompañaban.

Llegaron, en esto, los escuderos de la presa, trayendo consigo dos caballeros a caballo, y dos peregrinos a pie, y un coche de mujeres con hasta seis criados, que a pie y a caballo las acompañaban, con otros dos mozos de mulas que los caballeros traían.

Dicen los historiadores árabes que la peticion del rey D. Alfonso fué sugerida por los obispos y eclesiásticos que le acompañaban, por considerar que el alumbramiento de la reina sería mas meritorio á los ojos de Dios en aquel lugar, que habia sido antiguamente basílica cristiana. El P. Fr. Vasco. Ambrosio de Morales. El licenciado D. Pedro Diaz de Rivas.

Venían con ellos, asimesmo, dos gentiles hombres de a caballo, muy bien aderezados de camino, con otros tres mozos de a pie que los acompañaban. En llegándose a juntar, se saludaron cortésmente, y, preguntándose los unos a los otros dónde iban, supieron que todos se encaminaban al lugar del entierro; y así, comenzaron a caminar todos juntos.

Palabra del Dia

hociquea

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