Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de junio de 2025


Francamente, yo creí que usted daba a rédito, no que tomaba. A esta maliciosa observación, habría contestado Rosalía tirándole de aquellas greñas despeinadas. ¿Pero qué había de hacer? Tragar acíbar y someterse a todo. «, hija, el compromiso es fuertecillo. Si quieres, se te dará interés... como te convenga». ¡Jesús!, no me ofenda usted.

¡Imposible! ¡imposible de todo punto! ¡yo conozco á su majestad! ¡no puede ser! ¡creería primero que mi hija!... Vuestra hija podrá ser lo que quiera, sin que por eso deje de ser lo que quiera también la reina. ¡Pero la prueba! ¡la prueba de esa acusación, señor Gabriel! dijo el cocinero del rey, á quien se había puesto la boca más amarga que si hubiera mascado acíbar . ¡La prueba!

Las damas de alto copete en cuyas moradas penetraba á desempeñar sus labores de costura, acostumbraban destilar gotas de acíbar en su corazón; á veces, merced á esa alquimia secreta y refinada con que la mujer puede infiltrar un veneno sutil extraído de las cosas más baladíes; y en otras ocasiones, con una rudeza de expresión que caía en el pecho indefenso de aquella infeliz como un golpe asestado á una herida ulcerada.

Primero por aquella que meció tantas veces tu cuna blanca y bella, por la que, en el cielo, fué á buscarte hasta él; y te puso en el mundo, y madre cariñosa, por haciendo dos partes de la vida azarosa, tomó siempre el acíbar y te dejó la miel. Ruega por en seguida. A me hace más falta.

El Delfín afectaba una gravedad y un seso propios de su talento y reputación; pero acentuaba tanto la postura, que parecía querer olvidar con una conducta sensata las chiquilladas del periodo catarral. Con su mujer mostrábase siempre afable y atento, pero frío, y a veces un tanto desdeñoso. Jacinta se tragaba este acíbar sin decir nada a nadie.

Fuese derecha a la cama de la paralítica, y le dijo dos o tres frases entre lástima y chunga, que a esta le supieron a acíbar; cabalmente estaba deshaciéndose de ver que ni podía ayudar a su hija en el trance, ni acompañarla siquiera; aquella habitación era tan próxima a la calle, que ni soñaba en traer allí a la paciente.

A Rubín se le hacía acíbar el café y la tertulia un infierno.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando