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Actualizado: 26 de julio de 2025


Se encuentran buenas aguadas y pocos fondeaderos. Fondeadero de Catarman. Lo forma un playaje y un manchón de arena de una milla próximamente de extensión, comprendido entre dos puntas bajas que se hallan en el mismo meridiano; la del N. tiene encima un fuertecillo arruinado y la del S. algunos cocales. El pueblo de Catarman se halla en la parte N. de la playa.

«Para socorrer la extremada necesidad en que estaban, le pareció á Ruy López era conveniente hacerse amigo con el señor de Mindanao, 50 leguas de distancia, isla más abundante; preparó un navío con 50 hombres á cargo de Bernardo de la Torre; prevínole de rescates y mercaderías; llegaron á surgir á la boca de un gran rio; era gente indómita, desabrida por los malos tratamientos de los portugueses; y así sólo hallaron engaños y traiciones; la necesidad les obligó á los nuestros á aprovecharse de las armas; acometiéronlos en un elevado fuertecillo en que, no queriendo rendirse, mataron á los defensores; dando libertad á mujeres y muchachos volvieron á Sarragan con algún bastimento.

Francamente, yo creí que usted daba a rédito, no que tomaba. A esta maliciosa observación, habría contestado Rosalía tirándole de aquellas greñas despeinadas. ¿Pero qué había de hacer? Tragar acíbar y someterse a todo. «, hija, el compromiso es fuertecillo. Si quieres, se te dará interés... como te convenga». ¡Jesús!, no me ofenda usted.

Estos laureles fueron los primeros y los últimos que le ofreció su carrera militar; porque habiendo recibido una profunda herida en el brazo, quedó inutilizado para el servicio, y en recompensa, le nombraron comandante del fuertecillo abandonado de San Cristóbal. Hacía, pues, cuarenta años que tenía bajo sus órdenes el esqueleto de un castillo y una guarnición de lagartijas.

El revólver es para matar a ese y a esa... sobre todo a la francesota, infame, traicionera... Guillermina recibió impresión muy fuerte con estas palabras; pero hizo un esfuerzo por aparentar que no perdía su serenidad. «Fuertecillo es, , señora... Pero su marido de usted no hará nada. He hablado con él y me ha parecido muy razonable».

Hombre de Dios dijo la infeliz mujer, dejando a un lado el trabajo, que aquel día no era pintura, sino costura , has comido, ¿verdad?... Buena la hemos hecho... Le miraba con más lástima que enojo, y con cierta tranquilidad relativa, como se miran los males ya muy añejos y conocidos. « Fuertecillo es el ataque... Corazón, ¡cómo estás hoy!

Palabra del Dia

godella

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