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Actualizado: 13 de junio de 2025


Este nombre de almalekes se conserva en los escritos de mística árabe-hispanos ó aljamiados para designar á los ángeles encargados por Dios de recibir á su entrada en el cielo á las almas de los justos. En el Paraiso corren rios de leche, de miel, y de un vino que se puede beber sin embriagarse; en él crecen árboles cuyos ramages brindan á placer con dátiles, uvas y granadas de sabor esquisito.

Aparecerían, aunque los que combatieron en Alcolea en pro de la revolución hubieran sido unos ángeles del cielo, de lo cual ni ellos presumen, ni nadie les presta el carácter, la condición y la virtud sobrehumana.

2 en estos postreros tiempos nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó por heredero de todo, por el cual asimismo hizo los siglos; 6 Y otra vez, cuando metiendo al Primogénito en la redondez de la tierra, dice: Y adórenlo todos los Angeles de Dios. 7 Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.

Pero ved, a través de la bulla de los actores como una forma rampante hace su entrada! Una cosa roja, color sanguinolento viene retorciéndose de la parte solitaria de la escena. ¡Cómo se retuerce! Con mortales angustias los actores constituyen su presa, y los ángeles sollozan viendo esas mandibulas de gusano teñirse en sangre humana. Todas las luces se apagan, todas, todas.

Lo más característico del barrio eran los chiquillos. De cada casucha baja y roma, al lucir el sol en el horizonte, salía una tribu, una pollada, un hormiguero de ángeles, entre uno y doce años, que daba gloria.

No era una mujer para él: era algo así como los ángeles... Y , con tu desatinada intervención, has trastornado todo esto. Ya no es mi hijo: terminó mi ensueño.

Reyes Católicos, del Infante D. Juan y de la infanta D.ª Isabel. Para hacer las testas del buey y del asno, para el pesevre é piezas de oropel, 7 sueldos. Una libra de coton cardado, 3 s. Tres de lana cardada y bermeja, 5 s. Unas cabelleras de cerda para los profetas, 4 s. 6 d. Siete pares de guantes para los ángeles, 10 s. 6 d. Por el loguero de siete cabelleras de muger para los ángeles, 6 s.

Debía ser la Virgen rodeada de ángeles: una obra del arte grosero y cándido de la Edad Media; algún voto de los tiempos de la conquista; pero unas generaciones picando la piedra para marcar mejor las figuras borradas por los años, y otras blanqueándola con escrúpulos de bárbara curiosidad, habían dejado la losa de tal modo que sólo se distinguía un bulto informe de mujer, «la reina», que daba su nombre á la fuente: «reina de los moros», como forzosamente han de serlo todas en los cuentos del campo.

«He venido dijo al fin la mendiga porque me pensé, un suponer, que estarías muerto de hambre. no comier... ¿Haces penitencia? Podías haberte puesto en mejor sitio... Este micor... monte bunito. ¡Vaya un monte! ¿Y cómo llamas a esto? Monte Sinaí... estar Sinaí. Donde estás es en Babia. vinir con ángeles, B'nina... vinir con fuego.

¡No, por todos los santos del cielo! gritó la mujer, que al fin era madre. Yo soy muy capaz de cuidarlas, y no quiero que naide más que yo de comer á mis hijos. Lo que eres me lo yo muy bien; y no me acomoda que el mejor día amanezcan los ángeles de Dios aterecíos á la puerta de la calle.

Palabra del Dia

vorsado

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