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Los tapiceros y adornistas tomaron posesión de los aposentos en que había de verificarse; se construyó una galería de follaje, que ponía en comunicación el salón principal de la planta baja con el espacioso invernadero de cristales que en el jardín se alzaba; cubriéronse las columnas de hierro con entrelazadas hojarascas; se colgaron de la bóveda de cristales los aparatos para gas; se pusieron en los ángulos las mejores esculturas que había en la casa, haciendo que los mármoles blancos destacaran sobre fondos de oscuro follaje; se prepararon farolillos para las enramadas del parque; diose orden en las cocinas para que la cena fuera opípara; se apuraron todos los caprichos que puede el oro satisfacer al buen gusto, y una legión de artesanos invadió el palacio durante muchos días, disponiendo las cosas de suerte que cuando dos horas antes del baile los duques inspeccionaron todos los preparativos, el nuevo senador, arrellanándose en un sillón con la dignidad propia de su investidura, y mirando a su mujer con vanidosa satisfacción, exclamó: «Estará bien

Tomó, por último, D. Fadrique verdadera posesión de su vivienda, arrellanándose en ella, por decirlo así, poniendo en orden los muebles que había traído, colocando los libros y colgando los cuadros.

Núñez guardó silencio unos instantes, sacó un cigarro, lo encendió y arrellanándose con toda comodidad en una butaca dijo: Siempre he sospechado que el talento me había de perder.

En fin, arrellanándose en su butaca y suspirando profundamente, me dijo con una simplicidad de que le estoy agradecido: Está bien, señor: le doy mil gracias. Este rasgo de grosera probidad, por el cual la señora de Laroque tuvo el buen gusto de no cumplimentarme, no dejó por eso de hacerle concebir una gran idea de la capacidad y de las virtudes de su intendente.

Pero cuando los bravos guerreros brabanzones se agitaron en la escena, viendo a lo lejos el misterioso cisne y su barquilla, y se fue armando en la imperial corte una batahola de dos mil demonios, el público, por acción refleja, se movió ruidosamente, arrellanándose en el asiento, tosiendo, suspirando, revolviéndose para hacer provisión de silencio. ¡Qué emoción!