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Aislada como está en el centro de una plaza, al contemplar su masa imponente no se sabe qué admirar mas, si la ligereza y elegancia de sus formas, el atrevimiento de su magnífica torre, ó la imponderable finura y el exquisito gusto de sus adornos ó esculturas, particularmente en el portal principal que sostiene la base delantera de la torre.

Gabriel reconocía sus esculturas groseras como contemporáneas de la puerta del Reloj y de las primeras obras de la catedral. Vea usted. En los primeros medallones, Adán y Eva van desnudos como gusanos. Pero el Señor los arroja del Paraíso. Tienen que vestirse para ir por el mundo, y mire lo que hacen apenas se ven con ropas.

Dejó el artista otras obras en la basílica, y en santa Marta y san Hermenegildo cita González de León algunas esculturas de su mano. En Mayo de 1725, Duque Cornejo firmó escritura para ejecutar algunas estatuas en la Cartuja del Paular, á donde se trasladó luego, siendo muy elogiadas las obras que allí dejó.

Luego, los reyes normandos, precursores de Federico II el padre de doña Constanza, la emperatriz amada por Ferragut , explotaban la ciudad desierta y entera, arrancándole columnas y esculturas. Todas las construcciones medioevales del reino de Nápoles tenían despojos de Pestum.

Antes que los domos de mosáico y las refulgentes manzanas de oro que intentan erigir los del Rhin cautiven el corazon de los pobladores de España, apresúrate á desplegar ante sus ojos el lujo seductor del Oriente; erige un santuario en que reunas á la disposicion perfecta que prescribe la Sunnah toda la belleza que la exaltada imaginacion de tus árabes sea capaz de concebir, auxiliada de las mas esquisitas formas del arte asiático, y una riqueza tal que cause maravilla á los infieles españoles, no familiarizados aun con las galas del imperio griego . Carlomagno echará mano para su construccion de las columnas y esculturas de los edificios de Roma y de Ravena : tienes para la tuya los suntuosos monumentos antiguos de Mérida, Itálica, Tarragona, Narbona y otras ciudades grandes.

Otro tanto sucede con las madréporas. En su desnudez presente, convertidas de pinturas en esculturas, más abstraídas, digámoslo así, parece que intentan revelarnos el secreto de esos pueblecillos cuyo ornamento constituyen.

En clase de monumentos civiles Brusélas contiene algunos que no carecen de mérito, entre los cuales son notables: el Palacio de la nacion, donde se reune el Parlamento, agradable por su singular sencillez y excelente distribucion para su objeto; y el del Príncipe de Orange, donde tienen lugar las exhibiciones de pinturas y esculturas.

La plaza, con sus palmeras, sus capillas y las casas de los jueces, se parece á las de las otras misiones. La iglesia, construida en el estilo de la edad media, está llena de ornamentos y esculturas del mejor gusto, y sus paredes, hechas de adobe, se ven adornadas con pinturas. El colegio que tiene un piso alto, no puede estar mejor distribuido.

Me gustaba viajar, y viajaba mucho dentro y fuera de España; me gustaba el llamado «gran mundo» o «alta sociedad», y la frecuentaba en sus salones, en los teatros, en los paseos y hasta en los balnearios de moda, y en el deporte; me gustaban las Bellas Artes, aunque consideradas principalmente como artículo de lujo, y compraba cuadros y esculturas en las exposiciones; me gustaban ciertos hombres de la política y de la literatura, no por políticos ni por literatos precisamente, sino por la resonancia de sus nombres y el atractivo de sus conversaciones, y frecuentaba su trato y los acompañaba en sus círculos y en sus banquetes y en sus tertulias y francachelas... hasta me gustaban los toreros a cierta distancia, y a cierta distancia cultivaba la amistad de algunos de ellos.

La puerta del Reloj, llamada también de la Feria, con sus rudas esculturas de hierática rigidez y el tímpano cubierto de compactas escenas de la Creación, contrastaba con la puerta del otro extremo del crucero, la de los Leones, o, por otro nombre, de la Alegría, construida doscientos años después, risueña y majestuosa a la par como la entrada de un palacio y revelando ya las carnales audacias del Renacimiento, que pugnaba por aposentarse entre las rigideces de la arquitectura cristiana.