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Actualizado: 17 de octubre de 2025
Aquel mar de agitado y continuo oleaje, sin costas visibles, era simplemente un río. ¡Prodigios que reservaban las misteriosas Indias occidentales a los nautas del viejo mundo!... Así quedaba descubierto el «Mar Dulce de Solís», pero el descubridor pagaba su hazaña con la vida.
Pero la admiración de los dos era para las armas desconocidas, que les parecían maravillosas obras de arte: para las escopetas sin llaves visibles, las carabinas de repetición y las pistolas con depósito, que podían hacer seguidamente muchos disparos. ¡Lo que inventan los hombres! ¡Lo que gozan los ricos!... Aquellas armas inmóviles les parecían seres vivientes, con un alma maligna y un poder sin límites.
A la mañana siguiente se presentó en el comedor a la hora del almuerzo, sin que al parecer se notaran casi los estragos producidos por su peligrosa escapada de la muerte, siendo tal vez las únicas huellas visibles dos negros y grandes círculos alrededor de sus ojos, que daban a conocer su terrible ansiedad y su insomnio.
Sobre las medias blancas Garabato introdujo las de seda color rosa, las únicas que quedaban visibles en el traje de torero. Luego, Gallardo metió sus pies en las zapatillas, escogiéndolas entre varios pares que Garabato había puesto sobre un cofre, todas con la suela blanca, completamente nuevas. Ahora comenzaba realmente la tarea de vestirse.
Está bien, don Melchor dijo Baldomero dirigiéndose hacia la caballeriza por el caminito del jardín en el que quedaron visibles, a la luz del farol del corredor, las hondas huellas de sus botas. ¡Baldomero! gritó Melchor aproximándose al límite del corredor, hasta recibir algunas gotas de lluvia y haciendo bocina con la mano, ¡que los acompañe Hipólito hasta la tranquera!
Su lectura favorita era el diccionario de la lengua. En ocasiones meditaba, ajenado de la realidad externa, siguiendo con los ojos formas sólo visibles para él, que cruzaban por el aire. Leía a su modo, conforme a un método original.
Amanecía ya y Agustín hablaba todavía; apenas la claridad del crepúsculo empalidecía la luz de la lámpara y hacía visibles los objetos se acercó a la ventana para bañar su rostro en el aire helado de la mañana. Veía su rostro anguloso y descolorido dibujarse como una mascarilla de sufrimiento sobre la extensión del cielo mal alumbrado por inciertos reflejos.
En ocasiones, á través de una masa de gentes tranquilas y pacíficas, un atolondrado, sordo y ciego, lo echa todo á rodar. ¡Prodigiosa comedia! Parece como que están ensayando entre ellos el drama que representará nuestro mundo, el noble y serio mundo de los grandes animales visibles.
Como el movimiento del observador puede considerarse nulo respecto de la inmensa distancia á que se encuentran los astros, sin excluir los más cercanos á la Tierra, sucedería, en aquel supuesto, que las mismas estrellas permanecerían visibles siempre y las mismas ocultas siempre por debajo del plano del horizonte. Pero si la Tierra es esférica, no puede ocurrir esto.
Mientras así hablaban, Ester había estado observando fijamente al anciano médico, y se quedó sorprendida á la vez que espantada, al notar el cambio que en él se había operado en los últimos siete años; no porque hubiera envejecido, pues aunque eran visibles las huellas de la edad, parecía retener aun su vigor y antigua viveza de espíritu; pero aquel aspecto de hombre intelectual y estudioso, tranquilo y apacible, que era lo que ella mejor recordaba, había desaparecido por completo, reemplazándole una expresión ansiosa, escudriñadora, casi feroz, aunque reservada.
Palabra del Dia
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