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Actualizado: 7 de julio de 2025
Señoritas, ¡si yo no niego, ni afirmo!... ¡Sí niega! exclamaron a una. No acierto a comprender a ustedes.... La parlanchina me miró de hito en hito, hasta que no pudo más, y riendo me dijo: Vaya, pues, como usted no ha de confesarlo, se lo diré: ya sabemos que usted es novio de Gabriela Fernández. Están ustedes engañadas.... Vea usted que nos lo dijo persona que lo sabe. ¡Pues no es verdad!
22 Soy hecho a los débiles como débil, por ganar a los débiles; a todos soy hecho todo, por hacer salvos a todos. 23 Y esto hago por causa del Evangelio, por hacerme juntamente participante de él. 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas uno lleva el premio?
No sólo habían de defenderse de la hondonada invisible, de la mandíbula del saurio y el colmillo del reptil: el guía, el indio que marchaba a su lado, era un enigma inquietante. Imposible adivinar la verdad en la mueca servil de su mascarón cobrizo.
-Pues en verdad que lo yerra vuesa merced -dijo el del Bosque-, a causa que los gobiernos insulanos no son todos de buena data. Algunos hay torcidos, algunos pobres, algunos malencónicos, y finalmente, el más erguido y bien dispuesto trae consigo una pesada carga de pensamientos y de incomodidades, que pone sobre sus hombros el desdichado que le cupo en suerte.
14 En lo que a mí toca, he aquí estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto os pareciere. 15 Mas sabed de cierto que, si me matareis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad, y sobre sus moradores: porque en verdad el SE
Este templo, á decir verdad, no me entusiasma tanto como á otros, en cuyo entusiasmo me parece advertir no poco de extravagancia.
Entró alegremente, me besó en la oscuridad del vestíbulo y me siguió tarareando hasta el salón donde se quedó admirada viendo á la luz del crepúsculo mi extremada palidez, mi desorden y mi angustia. ¿Qué tienes? me preguntó inquieta. La miré y la vi en traje de viaje con sombrero redondo y un saco de cuero. La certidumbre de que Sorege había dicho la verdad se imponía á mí fulminante.
No sé qué aquellos preparativos tenían de semejante con los que se hacen para mandar a un chico al colegio; verdad es que nada hay tan instructivo y despabilador como un campamento, y por eso decía D. Paco que la guerra es maestra del ingenio y domeñadora de las impetuosidades juveniles. Marijuán fué destinado a acompañar al señorito.
Verdad es que se equivoca lastimosamente, porque su patético repugna por su hinchazón afectada, agradándonos tan sólo sus intermedios cómicos burlescos. Parécenos que es perder el tiempo exponer ahora el argumento de estos coloquios pastoriles. La composición es desigual y confusa en alto grado.
ELECTRA. ¡Oh, madre, qué consuelo me das! LA SOMBRA. Te doy la verdad, y con ella fortaleza y esperanza. Acepta, hija mía, como prueba del temple de tu alma, esta reclusión transitoria, y no maldigas a quien te ha traído a ella... Si el amor conyugal y los goces de la familia solicitan tu alma, déjate llevar de esa dulce atracción, y no pretendas aquí una santidad que no alcanzarías.
Palabra del Dia
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