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Actualizado: 21 de junio de 2025
Somos dos lobos y venimos al olor de la carne responde cínicamente Plutón clavando una mirada codiciosa en el alto pecho de la doncella.
Sí, padre; Que dos veces el jumento Y yo venimos cargados, Y es fuerza volverme luego, Que quedan muchas limosnas Por traer. Gracias al cielo; ¿Dónde queda Fray Forzado?
Circourt en su Historia de los moros mudéjares y moriscos elude completamente la cuestion relativa al estado y condicion de los muzlimes entregados á discrecion del vencedor en las ciudades tomadas sin capitulacion, como Córdoba. Por consiguiente venimos á parar á una conclusion semejante á la de Mr.
Todos los hombres ilustres que han concurrido y concurren a la obra colosal de nuestra Redención verdadera, sustentando y propagando los dogmas imperecederos del positivismo materialista, que es nuestra religión y nuestra fe; las mismas que venimos a predicar entre vosotros, porque os amamos y queremos vuestro bien...» ¿Eh? ¿Qué tal, padre?
Los pequeños trotaban delante, con la boca abierta por la misma impresión de sorpresa. Eran emigrantes que acababan de desembarcar de los buques llegados antes que el Goethe, y se metían ciudad adentro, en compañía de los amigos que les habían esperado en el puerto. Todos somos unos dijo Ojeda alegremente . Todos venimos a lo mismo. Sólo que ellos entran a pie y nosotros en automóvil.
A esto dijo don Luis: -No hay para qué se dé cuenta aquí de mis cosas: yo soy libre, y volveré si me diere gusto, y si no, ninguno de vosotros me ha de hacer fuerza. -Harásela a vuestra merced la razón -respondió el hombre-; y, cuando ella no bastare con vuestra merced, bastará con nosotros para hacer a lo que venimos y lo que somos obligados.
Los chinos en Filipinas. Según los datos estadísticos que venimos consignando en estas páginas, resulta haber radicados en la provincia de Albay gran número de chinos, observación que hace nos detengamos y nos ocupemos de esta raza.
»Con tantas lágrimas y con muestras de tanto arrepentimiento dijo esto el renegado, que todos de un mesmo parecer consentimos, y venimos en declararle la verdad del caso; y así, le dimos cuenta de todo, sin encubrirle nada. Mostrámosle la ventanilla por donde parecía la caña, y él marcó desde allí la casa, y quedó de tener especial y gran cuidado de informarse quién en ella vivía.
¡Las gentes que venimos aquí! dijo Fernando ¡Y pensar que es el nombre de una ciudad desconocida, el vago prestigio de una tierra lejana, lo que nos ha juntado a personas de tan diverso nacimiento!...
¡Hola! ¿Vienen ustedes de visitar á la ilustre familia de los Trevia? dijo Paco Ruiz, que era un mozo guapo y arrogante, de ojos negros expresivos, barba recortada y que á la sazón mordía, cerrando los ojos voluptuosamente, un magnífico cigarro habano. Sí, venimos de la Segada. ¿Repartían por allá monedas de cinco duros?
Palabra del Dia
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