Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Consta también que el rey Buby comenzó á reinar á los seis años bajo la tutela de su madre, señora muy prudente y cristiana, que guiaba sus pasos y velaba á su lado, como hace con todos los niños buenos el ángel de su guarda.
Pero un ángel bueno velaba por ella; nada ocurrió durante el tiempo que empleara en hacer el desusado cambio de billetes pequeños por uno grande. El cambista de la calle del Carmen la miró con cierto asombro. Por la noche, la delicada operación de reponer la cantidad sustraída fue hecha con toda felicidad.
Era un día muy parecido a éste... Nuestro hermoso sol de los Trópicos se velaba triste y huraño... Mi madre, en su hamaca como yo estoy ahora, tiritaba como yo tirito... Estaba yo triste como tú lo estás hoy, hija mía... Hacía ocho días que no teníamos noticias de tu padre... que todavía no se había declarado... Yo tenía el corazón oprimido... tan oprimido, que estalló de repente y me eché sollozando en los brazos de mi madre.
Mi afición al estudio interesó a aquellos benditos señores, que me dejaban libre todo el tiempo que podían. Yo velaba estudiando. Yo estudiaba durmiendo.
La señora Angustias, que velaba aguja en mano muchas noches para que el niño fuese decentito al taller, con las ropas limpias, le encontraba en la puerta de su casa, temeroso de entrar y sin valor al mismo tiempo para huir, por la servidumbre del hambre, con los pantalones rotos, la chaqueta sucia y chichones y rasguños en la cara.
Hasta que, mecida por aquella plática suave, insinuante, la cándida niña quedó dulcemente dormida con la cabeza reclinada en el almohadón. Ramoncito Maldonado velaba. Velaba y meditaba en su suerte feliz.
¿Dónde está la señorita Lucía? preguntó brutalmente a Sardiola, que velaba. No sé... El fiel perro alzó los ojos y contempló las facciones descompuestas del marido, y una intuición rápida le dijo docenas de cosas. Miranda salió como un cohete, y recorrió las habitaciones llamando a Lucía a gritos. Silencio profundo. Entonces resueltamente salió al balcón, y bajó al jardín.
Densos nubarrones cubrían el cielo: el horizonte fosco velaba los arreboles de la aurora y el viento contrario traía hacia la costa una neblina fría, envolvente en las escuadras surtas afuera.
Acostumbrada á ver en los salones de su casa á muchos hombres que habían empezado su carrera siendo pobres y ahora eran millonarios, se imaginó que esta era inevitablemente la historia de todos los humanos y que á Edwin le llegaría su turno. Pero la madre velaba, y cortó con una enérgica resolución esta rebeldía mansa. La señora y la señorita Haynes desaparecieron de su hotel.
Mi hija, a quien di por nombre Lucía, se crió lejos de mí, aunque yo velaba sobre ella e iba a verla a menudo. Muerto D. Joaquín, procuré no poner en ridículo su memoria, dejando conocer en Río que tenía yo una niña de cerca de dos años. Casi de oculto hice que se embarcara y me la traje conmigo cuando vine para Europa.
Palabra del Dia
Otros Mirando