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Teniente Coronel D. Bernabé San Martin, Sargento Mayor del batallon de artilleria, denominado la Union; el Sr. Dr. D. Manuel Belgrano, Abogado de los Reales Consejos, y Secretario del Real Tribunal del Consulado; el Sr. Coronel urbano D. Gerardo Esteve y Llac, Comandante del batallon de artilleria la Union; el Sr. Dr. D. Juan José Castelli, Abogado de esta Real Audiencia; el Sr.

que domina las humanas flaquezas, y como un águila sube y sube más arriba de donde estallan las tempestades. DON URBANO. Preguntado por acerca de sus esperanzas de retener a Electra, ha respondido sencillamente, con más serenidad que jactancia: «Confío en DiosEVARISTA. ¡Qué grandeza de alma! ¿Y sabía que el Marqués y Máximo son los testamentarios...? DON URBANO. Sabía más.

ELECTRA, MÁXIMO, EVARISTA, PANTOJA, DON URBANO, el MARQU

Los mismos; BALBINA, que interrumpe bruscamente la escena, entrando por la izquierda presurosa y sofocada. BALBINA. ¡Señora, señora! BALBINA. ¡Ay, lo que ha hecho la señorita! Me han descubierto. Acaba... ELECTRA. Confesaré si me dejan. Ha sido que... BALBINA. Fue a casa de Don Máximo, y le robó... porque ha sido como un robo... muy salado, eso . DON URBANO. ¿Pero qué...?

Teniente Coronel urbano, D. Juan Antonio Pereira, Capitan de granaderos del segundo batallon de Patricios; el Sr. D. Estevan Romero, Teniente Coronel urbano y Comandante del mismo batallon; el Sr. D. Juan Ramon Balcarce, Sargento mayor del batallon de granaderos de Fernando VII; el Sr. D. Simon Rejas, de este vecindario y comercio; el Sr.

Ocultábase en escondrijos subterráneos, temeroso de la luz, como los réprobos de una religión vergonzosa. Era pesado y voluminoso en el encierro de sus bolsas, y no podía moverse más allá del grupo urbano donde lo había amasado el ahorro.

Esta obra, sin embargo, de índole puramente ascética, fué tan famosa y encontró en los lectores tan favorable acogida como todas las suyas anteriores. En el año de 1627 publicó La Corona trágica, poema histórico en defensa del honor de la desdichada María Estuardo, por cuya dedicatoria al papa Urbano VIII fué nombrado doctor en teología y caballero de la orden de San Juan.

CUESTA. ¿Y no podrá decirme... a , que...? ELECTRA. ¡Ay, no! CUESTA. Por Dios, tenga usted confianza conmigo. ELECTRA. Ahora no puedo. Tengo que vestirme. CUESTA. Bueno: ya hablaremos. CUESTA. Vístase usted... y mañana... ELECTRA. , mañana. Adiós. Quiero darle otro besito. Cuesta la sigue con la vista. CUESTA, DON URBANO, EVARISTA; después ELECTRA. Perdone usted el plantón, Leonardo.

D. Pedro Cerviño, Teniente Coronel urbano; el Sr. Licenciado D. Vicente Lopez; el Sr. Licenciado D. Bernardo Nogué, profesor en cirugía; el Sr. D. Francisco Xavier Macela, Alcalde del barrio número 1, cuartel segundo; el Sr. D. Manuel Ruiz Obregon, idem del número 10, cuartel tercero; el Sr. D. Francisco Dozal, del vecindario y comercio; el Sr.

Por la verdad combatimos. ¿Cómo hemos de suponer que Dios nos abandone? No puede ser, tía. DON URBANO. Al pasar por estos patios, ¿has visto a Electra? MÁXIMO. No. Ahora pasa. Viene del cementerio. La blancura de su hábito le da el aspecto de una aparición. DON URBANO. Silencio. MÁXIMO. No puedo contenerme.