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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Por allí, sin que lo supiese Adela tampoco, aunque sí lo sabía Pedro, andaban lentamente, con las dos niñas menores, Sol y doña Andrea: doña Andrea, que desde que el colegio le devolvió a su Sol y podía a su sabor recrear los ojos, con cierto pesar de verle el alma un poco blanda y perezosa, en aquella niña suya de «cutis tan trasparente decía ella como una nube que vi una vez, en París, en un medio punto de Murillo», andaba siempre hablando consigo en voz baja, como si rezase; y otras regañaba por todo, ella que no regañaba antes jamás, pues lo que quería en realidad, sin atreverse, era regañar a Sol, de quien se encendía en celos y en miedos, cada vez que oía preparativos de fiesta o de paseo, que por cierto no eran muchos, pero sobrados ya para que temiese con justicia doña Andrea por su tesoro.
Es profunda la emocion que se siente, en la parte superior de la torre, bajo aquella mole de piedra, que pudiera llamarse trasparente, puesto que desde el fondo del piso se alcanza á registrar con la mirada la vasta campaña de Freiburgo, al traves de los espacios que el arquitecto dejó entre las cintas de gres que, formando como un encaje colosal de filigrana, se reunen en la cúspide, presentando al soplo de los huracanes la construccion mas frágil y delicada en apariencia.
Sobre la inmensa capa de verdura que presenta la prodigiosa vegetación que se extiende por un terreno desigual y accidentado, se contempla un cielo puro y trasparente, bajo cuya diáfana bóveda baten sus alas y cantan sus amores, la pintada garza, la veloz dulili y la amorosa tórtola, cuyos cantos son interrumpidos por el agorero chillido del mamoy y el estridente graznido del fanifi.
Vista de fuera, Honda parece una ciudad oriental ó morisca, ya par su caprichosa situacion y sus edificios de pesada manipostería, ya por el contraste de los colores, los techos, los blancos ó negros muros, las formas extravagantes y los balcones y azoteas, ya en fin por los penachos de los altos cocoteros, meciéndose blandamente como para abrigar con su sombra la ciudad, protegiéndola contra los rayos de un sol abrasador, que brilla en la mitad de un cielo eternamente azul y trasparente.
Caractéres que no pueden ménos de acompañar el talento de concepcion profunda y cabal; pero que imitados por otro de ménos aventajadas partes, solo indican á veces superficialidad y lijereza, como brilla limpia y trasparente el agua poco profunda, regalando la vista con sus arenas de oro . Qué es el juicio. Manantiales de error.
Cuando ayer me declaraste tu pasión, tuve la debilidad de creer en ella, y soñé, inmediatamente, con un amor fiel y puro, con el amor que ennoblece el espíritu y nos incita a las ideas elevadas y a las acciones generosas... Creí volver a los años de colegiala, cuando el mundo se ofrecía ante mi vista como un hermoso fanal trasparente y diáfano, cuando no acertaba a ver en él más que cosas lindas... todo risueño... todo hermoso... Volvía a entrar en la juventud.
Trepado sobre un collado á mayor altura que la catarata, en medio de jardines y bosquecillos, domina completamente el abismo azul y trasparente, redondeado en forma de lago, en cuyo fondo se precipita el rio en deslumbradores torbellinos, como una borrasca de perlas y chispas de diamante.
Su cuerpo fino, delgado, vestido con negra sotana, parecía una columna de ébano destinada a sostener aquella cabeza. Dejose anegar por la onda tibia, bebiendo lentamente su dulzura, palpitando bajo su caricia como un pájaro prisionero. Alzó los ojos a la ventana. Por entre las rejas percibió el azul del firmamento, trasparente, infinito, convidando a volar por él. El cielo reía.
El zorro quedó envuelto por un instante y se le escuchó estornudar. Ya le sube el humo á las narices, señor conde dijo D. Primitivo. El viento disipó el humo espeso, y el montón comenzó á arrojar una columnita de otro azulado y trasparente. Quedó el zorro al descubierto, y observáronse en él señales de una inquietud que iba en aumento.
El sol, la brisa, las ondas y el cielo azul y trasparente reflejaban la vida, mientras que la muerte y la desolacion se revelaban en esa inmutabilidad, en ese silencio, en ese vaiven incansable de un abismo colmado por las aguas del globo entero! El hombre es como el océano: todo aquí se sostiene por el equilibrio entre la vida y la muerte.
Palabra del Dia
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