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Seremos amigos; pero con la condición de que me llevo este pobre ángel a mi casa. ¿Para qué le quiere usted? ¿Para que se críe en esos patios malsanos entre pilletes?... Yo le protegeré a usted, ¿qué quiere?, ¿un destino?, ¿una cantidad? Si la señora insinuó Izquierdo torvamente, soltando las palabras después de rumiarlas mucho , me logra una cosa...

¡Desdichada! murmuró él torvamente, volviendo a su abatimiento antiguo . ¡Das con el pie a la felicidad! es decir, a la felicidad no, pero al menos a su sombra, y sombra tan hermosa al fin.... Incorporose de pronto; sacudiéndose y retorciéndose como un león en la agonía. Dame una razón gritó . Si no, me mataré a tu vista.

Freya gemía con los ojos cerrados, sin salir de su inercia. El marino, ceñudo, ajado por la cólera, con una fealdad trágica, siguió inmóvil, mirando torvamente á la hembra caída. Estaba satisfecho de su brutalidad; había sido un desahogo oportuno; respiraba mejor. Al mismo tiempo sentía vergüenza. «¿Qué has hecho, cobarde?...» Por primera vez en su existencia había pegado á una mujer.

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