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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Y no contento Villamediana con el material ultraje, volvió á ofender á la dama hiriéndola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo circular, y donde la acusa de que el caudal de él no bastó á saciar la codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernán Cortés, de quien procedía el título de la Marquesa, dice á ésta jugando del vocablo: De la herencia de Cortés, Que en herencia te cabia, Heredas ser cortesana, Repudias la cortesia.
Los partidos que dividían a La Rioja no tardaron mucho en solicitar la adhesión de un hombre que todos miraban con el respeto y asombro que inspiran siempre las acciones arrojadas. Los Ocampos, que obtuvieron el gobierno en 1820, le dieron el título de sargento mayor de las milicias de los Llanos, con la influencia y autoridad de comandante de campaña.
Como quiera, repito que el nombre nada importa, aunque no seria difícil encontrar algun autor grave que ha dado al criterio de evidencia el título de sentido comun; lo que deseo es consignar esa ley de nuestra naturaleza que nos inclina á dar asenso á ciertas verdades, independientes de la conciencia y del raciocinio.
Calderón, por ejemplo, se inspiró en El Caballero del Febo para escribir su Castillo de Lindabridis; en el Fierabrás, para componer su Puente de Mantible; Montalván, en El Palmerín de Otiva, para escribir su comedia de igual título, etc.
Departiendo despues amigablemente sobre el carácter de esta maravillosa ciudad, hemos convenido en que no extrañariamos que el mejor dia se levantara aquí un edificio suntuoso, con el título de PALACIO DEL MERCADO. Tal es la comezon que tienen los franceses por relucir, que no nos causaria sorpresa ciertamente que dieran un palacio á los conejos y á las perdices; á la manteca y á los huevos; á las coles, á las patatas y á los rábanos.
De estos asientos, á los cuales se daba antes el título honorífico de doctos desvanes, provenían los juicios críticos, á que los poetas atribuían mayor importancia, por la fama de entendidos que tenían los que concurrían á ellos con frecuencia.
La señorita Nancy se parece de un modo sorprendente a su finada madre; ¿no es cierto, doctor Kimble? dijo la gorda señora de este apellido buscando con los ojos por todas partes a su marido. El doctor Kimble los boticarios de campaña gozaban antiguamente de aquel título sin la sanción de un diploma , hombre esbelto y ágil corría de un extremo a otro de la pieza con las manos en los bolsillos.
La tristeza dramática del Nazareno tropezando en las piedras y agobiado bajo el peso de la cruz parecía consolar a la pobre esposa. ¡Señor del Gran Poder!... Este título vago y grandioso la tranquilizaba.
Le aferraré por las orejas a ese título que Italia disputa a España! ¡Lo arrastraré del juzgado de primera instancia al más alto tribunal; haré que lo impriman en todos los periódicos; será la comidilla de las tabernas de París; lo haré publicar en las Pequeñas causas célebres, y la condesa vieja reventará de rabia! ¡Y ya pueden decir los abogados y sentenciar los jueces!
El otro, más joven y de mejor traza que éste, que pasea alrededor de los novillos examinándolos con gran atención, es el comprador: llámanle Ogenio Berezo, y es de las inmediaciones. De los que forman el círculo, los cuatro son meros curiosos que, á título de conocidos de los primeros, se han aproximado al olor de la robla.
Palabra del Dia
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