Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de octubre de 2025
Rara vez se volvían en la misma tarde. Consideraban necesario quedarse para celebrar el triunfo, y las primeras horas nocturnas del domingo eran las de mayor ganancia para el boliche. También resultaban las más temibles para don Roque, y su recuerdo lo hacía vacilar en la concesión de nuevos permisos, aún á riesgo de perder lo que le daba en cambio el Gallego.
No son las pasiones tan temibles cuando se presentan como son en sí, dirigiéndose abiertamente á su objeto, y atropellando con impetuosidad cuanto se les pone delante.
Era, pues, de noche, y el levante que soplaba sobre la costa, erizada de rocas, era un poco más violenta que no lo fue cuando el memorable vendaval de 1797, que hizo naufragar a todas las embarcaciones fondeadas en la rada de Cádiz; todo pereció, personas y buques. Era uno de esos temibles huracanes durante los cuales los marineros se quedan lívidos y creen en Dios.
Sabía que, desterrado, había continuado conspirando con mayor empeño, que había llegado a ser uno de los más temibles directores del partido revolucionario europeo, que una condena de muerte pendía sobre su cabeza.
Por desdicha, es en los tiempos y las civilizaciones que han alcanzado una completa y refinada cultura donde el peligro de esa limitación de los espíritus tiene una importancia más real y conduce a resultados más temibles.
Las damas de cuarenta son ahora las conquistadoras más temibles. En el teatro, galanes cincuentones disputan sus amantes a los jovencitos y acaban por llevárselas... ¡Viejón, y sólo tiene usted treinta y seis años!
Gritos y bulla nada más.... Puede ser que haya algunos palos, pero esos no caerán sobre las costillas de ningún eclesiástico. Siempre se los encontrará algún desdichado que no lo coma ni lo beba. En esa reunión secreta no hay hombres de gran empuje, ni conspiradores temibles, ni jacobinos de tente tieso.
El dominaría su nerviosidad, vencería aquella preocupación que le hacía huir el cuerpo y ver los toros más grandes y temibles. Considerábase con fuerzas para realizar el mismo trabajo de otros tiempos. Un poco de flojera en el brazo y en la pierna, pero esto pasaría. Su apoderado le habló de una contrata ventajosísima para ciertas plazas de América. No; él no pasaba ahora los mares.
Se los imaginó tal como debían ser antes del momento de su muerte, tal como él los había visto en los avances de la invasión en torno de su castillo. Algunos de ellos, los más ilustrados y temibles, ostentaban en el rostro las teatrales cicatrices de los duelos universitarios.
Tú, gabacho, eres como yo... muy serio, y te morirías de hambre antes de pasar por ciertas cosas. Por eso te digo que resultan temibles. El estanciero, después de una corta reflexión, añadió: Tal vez no son tan buenos como parecen. Hay que ver cómo tratan á los que están debajo de ellos.
Palabra del Dia
Otros Mirando