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Actualizado: 25 de junio de 2025


La generalidad de los hombres, ó mejor diremos, todos, ignoran completamente de qué manera la tierra vegetal concurre al desarrollo de las semillas y al crecimiento de las plantas; ni cual es la causa de que unos terrenos se adapten mejor que otros á determinadas producciones; pero siempre se ha visto así, y esto es suficiente para que se crea que una cosa depende de otra, y para que al ver la segunda deduzcamos sin temor de errar la existencia de la primera.

En efecto, donde no reina la justicia, nada bueno puede haber: la inocencia no halla asilo seguro en ninguna parte; las semillas de la discordia abundan por do quiera; la bárbara ley de la fuerza oprime con tiranía al mas débil; y en fin, cuantos males pueden aflijir á los mortales, tantos se hallan reunidos en los pueblos, en los reinos, donde se desconocen los benéficos influjos de la justicia.

La independencia de un pueblo consiste en el respeto que los deberes públicos demuestre a cada uno de sus hijos. En la hora de la victoria solo fructifican las semillas que se siembran en la hora de la guerra. Un pueblo antes de ser llamado a guerra tiene que saber tras de qué va, y adónde va, y qué le ha de venir después.

Allí mandaba Frígilis y nadie más. En cuanto entró, se dirigió al cenador. Recordaba haber dejado encima de la mesa de mármol o de un banco, en fin, allí dentro, unas semillas preparadas para mandar a cierta exposición de floricultura. Buscó, y sobre una mecedora encontró un guante de seda morada entre las semillas esparcidas y mezcladas sobre la paja y por el suelo.

Entreteníala, pues, ya que no la satisficiese, poniéndose escrupulosamente al tanto de todas las particularidades de las huertas de sus amigos, dándoles siempre oportunos consejos acerca del cuidado de la hortaliza y de la conservación de los frutales y regalándoles semillas exóticas que no se sabía dónde y cómo las adquiriera.

Pues claro... con vestidos de cierto color.... Frígilis encogió los hombros. Pero mis semillas, mis semillas ¿quién me las ha echado a rodar? El gato, ¿qué duda tiene? el gatito pequeño, el moreno, el mismo que habrá llevado el guante a la glorieta... ¡es lo más urraca!... En la pajarera de Quintanar cantó un jilguero.

Según datos que hemos podido reunir de colonos del país, pasan de millón y medio de troncos los que hoy existen de algodón, procedentes en su generalidad de semillas importadas de las islas Sandwich; notándose en la plantación de este artículo un aumento notable, puesto que según los estados de la riqueza agrícola de Marianas, hechos el año 1843, por su Gobernador D. Gregorio Santa María, solo había unos 60.000 troncos.

Allá van pues estos articulejos escritos cálamo currente, sin más pretensión que la de entretener un rato á los pocos que en estos venturosos días, gustan del conocimiento de las cosas viejas, y con ellas se complacen, para hacerles olvidar siquiera momentáneamente, los pesares de la vida que á todos nos alcanzan así como otros de mayor bulto que parecen dibujarse allá en el horizonte, fruto natural de corrompidas semillas.

El mal principio rechazado por esta religión es el orden natural de la sucesión de las cosas, de acuerdo con el cual las semillas producen una cosecha de su especie.

Yo imagino respondía el ingenioso Sánchez en voz de falsete también, teniendo en cuenta su traje rico de brocado, que debía de ser alguna señora pudiente de los contornos que en su tiempo se dedicaba a proteger a los labradores, tal vez facilitándoles dinero sin interés o semillas para la siembra.

Palabra del Dia

vorsado

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