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Actualizado: 25 de junio de 2025
La heroica provincia de Corrientes tiene hoy 6.000 veteranos que a esta hora habrán entrado en campaña bajo las órdenes del vencedor de la Tablada, Oncativo y Caaguazú, el boleado, el manco Paz, como le llama Rosas. ¡Cuántas veces ese furibundo, que tantos millares de víctimas ha sacrificado inútilmente, se habrá mordido y ensangrentado los labios de cólera, al recordar que lo ha tenido preso diez años y no lo ha muerto, a ese mismo manco boleado que hoy se prepara a castigar sus crímenes!
24 He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá; 25 por cuanto me han dejado, y han sacrificado a dioses ajenos, provocándome a ira en todas las obras de sus manos; por tanto mi furor lloverá sobre este lugar, y no se apagará.
Las mujeres, sabedoras de lo ocurrido gracias á la pasmosa rapidez con que en la huerta se transmiten las noticias, salían al camino para ver de cerca al bravo marido de Pepeta y compadecerle como á un héroe sacrificado por el interés de todos.
Sin embargo, el joven no olvidaba al que se había sacrificado por él y le escribía largo y tendido todas las tardes al volver á París, después de haber comido en la Celle-Saint-Cloud, porque comía todas las tardes con su futura, hasta tal punto temía Clementina que se le escapase su prisionero.
La primera idea de la impetuosa María Teresa fue comprar un revólver e ir matando por turno a los hijos y las hijas de su marido, a más de yernos y nueras, sin perdonar a los nietos. ¡Raza maldita! ¡Ladrones! ¿Y para esto había sacrificado los primeros años de su juventud a un viejo tonto, renunciando al amor?... Pero no; él era bueno y la quería.
Explicaré lo que esto significaba y á dónde iba con su cuerpo aquella tarde el desventurado Don Francisco. El día mismo en que cayó malo Valentín, recibió su padre carta de un antiguo y sacrificado cliente ó deudor suyo, pidiéndole préstamo con garantía de los muebles de la casa.
El bien público era sacrificado á los intereses particulares: la virtud y el respeto á las leyes, no era mas que un nombre vano: la opresion y la inhumanidad no inspiraban ya horror á los mas de los hombres acostumbrados á ver triunfar el delito.
Había sacrificado su porvenir; había sufrido dos años de amargas humillaciones; ya no podía dignamente unir su destino al de otra mujer dentro de una sociedad gobernada por las leyes más que por los efectos.
Algunos meses después don Íñigo recibía una carta de su amigo Sancho Dávila haciéndole saber la manera admirable como su yerno había sacrificado la vida en un encuentro con los hugonotes de Francia.
Si llegaba á haber un encuentro, el primer sacrificado sería el prisionero, eso lo sabían todos. El viejo se quedó sin movimiento y la hija, pálida y aterrada, intentó varias veces hablar y no pudo. Pero un pensamiento más terrible, una idea más cruel les sacó de su estupor.
Palabra del Dia
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