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Actualizado: 7 de junio de 2025


El objeto sin duda será prontamente desempeñado, si se encomienda á genios mas fecundos, que mejorando las ideas, corrijan los errores en que abunde cuanto llevo indicado. El Arroyo de las Flores, los rios Azul, Tapalquen, Sauce Chico, Guaminí, Sauce Grande y Colorado, son bastante conocidos en la ruta á Patagónica, y aun á muchos de nuestros antiguos hacendados.

Todos los arroyos de dichas 70 leguas son de agua buena, y los demas hasta el Rio del Sauce, dicen los indios que son así: todas las lagunas, que se retiran una legua de los arenales por donde los hay, son asimismo de agua buena. Donde no hay arenales son así, aun las que están á la orilla de la costa. Las arrimadas á los arenales son de agua salobre, excepto tal cual entre los arenales, que es de agua muy buena: y tambien hay algunas de buena agua de las así arrimadas por donde se angostan los arenales. Todos los arroyos entran esplayándose en el mar con mucho menos fondo que por mas arriba, dando paso

"El camino que sale desde las orillas del Colorado con direccion al Sauce, sigue hasta Buenos Aires, segun me informó Matias, y á las ocho leguas está el manantial, ó pozo que cita el peon Juan José Gonzalez en su relacion: de este parage á las Salinas, de que se hace mencion en mis instrucciones, habrá como un dia de camino: dichas Salinas, dice el mismo indio y otros que he examinado, son abundantísimas, y de sal excelente.

Tan tupidas y pesadas que parecía que se las pudiera tocar con las manos, las nubes se extendían sobre la llanura. De trecho en trecho se alzaba en el aire cargado de vapor un nudoso tronco de sauce, completamente saturado de humedad, cubierto de gotitas brillantes, colgadas en largas filas de las desnudas ramas.

Yo recuerdo haber visto cierto día una rama de sauce desgajada del tronco por la tempestad de la noche, flotando a la mañana sobre las aguas desbordadas del Saone. Un ruiseñor hembra empollaba todavía en su nido flotante, mientras el macho revoloteaba sobre las aguas espumosas que pretendían tragarse aquella dulce mansión de amor.

Hánse descubierto con este viage y registro varias falsedades que tienen los derroteros de algunos viageros extrangeros, porque en cuanto á los rios que ellos señalan, se ha visto ahora que son imaginarios, y que á lo mas solo debe de correr agua por ellos en tiempo de lluvias y nieves: con que queda claro, que desde el rio del Sauce, que es el que otros llaman el Desaguadero, no hay ningun otro rio hasta el estrecho de Magallanes.

Su delicia era tenderse al sol sobre un banco, o bajo un sauce en la ribera, según la estación, y dormir a pierna suelta, sin cuidados, con un sueño de ángel o de niño; y también, sentarse en un portal de calle muy concurrida y ver pasar la gente afanosa tras el pan de cada día, mientras él, libre de preocupaciones, sonreía filosóficamente. ¡Trabajar Agapo! ¡si no vale la pena! ¡mucho sudar, mucho sufrir; el hombre, como bestia de carga, dando vueltas, de sol a sol, a la rueda de la fortuna, para recibir el esquinazo, en premio de sus fatigas! más vale estarse con el pico abierto, para que en él caiga el maná del cielo, y manos quietas; dejar que los demás cuiden del árbol y comer nosotros su fruto sazonado.

En la primera resultó D. Álvaro de Luna herido en una pierna..... y Maestre de Santiago. En la segunda, el honor de Castilla fué vulnerado por vencidos y vencedores, por los nobles y por el Rey, demostrándose así con el testimonio de la Historia, que cuando los reyes no representan las aspiraciones de sus pueblos, hasta el laurel se convierte en sus manos en fúnebre sauce.

Pero aun esto mismo se olvida; todos los nombres, en fin, acaban por yacer en el olvido, «la muerte de la muerte», que dijo un poeta muy romántico y más triste que un sauce. Creo haber dejado establecida la importancia del bautismo, de ese santísimo sacramento nacido en las orillas del Jordan y adoptado con un éxito evidente por toda la humanidad a través de los siglos.

Sentados á la sombra del sauce, oyendo el murmullo del agua, hablaron de las estrellas, de las flores, de mil diversas materias, hacia donde el tío procuraba llevar la atención de su sobrina, para distraerla de su curiosidad sobre los asuntos de Clara. Lucía, no llegando á distraerse lo bastante, dijo por último: Tío, V. va á hacer de una sabia.

Palabra del Dia

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