United States or Zambia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mesía no se daba prisa. «Aquella casada no era como otras; había que conquistarla como a una virgen; en rigor él era su primer amor y los ataques brutales la hubieran asustado, le hubieran robado mil ilusiones.

Pero cuando se corta y destruye de una vez todo el bosque, como en un acceso de frenesí, dan intenciones de maldecir á quien tal dispuso. La belleza de los bosques que aún quedan en las pendientes de la montaña hace que echemos de menos, con mayor pena, los que nos han robado violentos especuladores.

¿Yo?... ¡que yo era amante de!... ¡de ese hombre!... ¡Dios mío!... ¡y sois vos!... ¡vos, mi marido!... ¡quien me dice!... ¡esa calumnia horrible!... ¡yo, la mujer más honrada que ha nacido de madre! ¡Conque vos sois honrada!... ¡y habéis salido de mi casa!... ¡y me habéis pervertido mi hija!... ¡y me habéis robado!...

Entonces yo le amaría también, porque haría feliz á mi Dorotea, y amaría á Quevedo que los había puesto en el caso de amarse, y procuraría que, como don Juan te ha robado el corazón de Dorotea, te robase el corazón del rey. ¡Pero ya se ve! don Juan había visto antes que á Dorotea á doña Clara: habían andado de aventura por esas calles de Dios... y doña Clara es tan hermosa... no es más hermosa que Dorotea, no; pero no es cómica, ni tu querida, ni lo ha sido de nadie: doña Clara... yo he visto á todos, altos y bajos, mirarla con codicia... y el mismo rey...

De vuelta de la China, muy cargada Encuentran una nave de tesoro: A su diccion y mando fué entregada Con suspiros, y lágrimas y lloro. En breve ha sido toda despojada De sedas, brocateles y fino oro. Un clérigo allí viene enriquecido, Que en verse así robado, está afligido.

No es ya la mirada, sino la imaginación la que se espanta al pensar en lo que la montaña era entonces y en lo que le han robado nieves, hielos, lluvias y tormentas durante la serie de los tiempos. ¡Qué infinita historia, qué innumerables vicisitudes en la sucesión de las plantas, de los animales y de los hombres, desde que los montes cambiaron de forma y perdieron la mitad de su elevación!

Al día siguiente lee en un diario una noticia que decía: RELOJ ROBADO. Hallábase ayer en el remate de Constela el señor X. X., y de repente notó que le sacaban su reloj, y que la mano que lo llevaba pertenecía al vecino que tenía a la derecha. El reloj no ha sido encontrado.

¡Pobre mujer, yo! replicó con dureza la señora Chermidy . ¡Bueno, , soy digna de compasión porque he sido engañada, porque han abusado de mi buena fe, porque el cielo y la tierra unidos han conspirado para traicionarme, porque me han robado un nombre, una fortuna, al hombre que yo amaba y al hijo al que di vida entre dolores y sollozos!

El hombre es necio é insensato; necesita ver lo suyo en manos de otro para conocer que era suyo lo que le han robado... ¡oh! ¡si yo hubiera sido menos necio! ¡si no hubiera mirado en ti á tu padre!... porque en fin, ¿qué tiene que ver tu padre contigo? ni tu hermosura, ni tu alma, la has heredado de él; te las ha dado Dios... yo... desde mis primeros años he vivido soñando, y aún sueño... aún sueño...

Pero yo, no; yo río, triunfo, reino; y la enterraré y después me casaré. ¡Ya ha muerto! ¡Al fin ha pagado su deuda! ¡al fin me devuelve todo lo que me había robado! ¡y entraré en posesión de mi amante y de mi hijo! ¿Por qué me mira usted con esos ojos de extrañeza? ¿Es que creía usted que iba a contenerme? Ya he hecho bastante con devorar mi rabia durante ocho meses.