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Actualizado: 8 de junio de 2025


12 dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz; 13 que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo, 14 en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él;

Hermosa señora, dijo levantándose aquel hombre, no mi voluntad, sino los no si para crueles o propicios hados, son los que, cuando yo pensaba sólo en libertarme de ser preso, aquí me han traído, para que postrado a vuestros pies pueda deciros que vos sois mi vida, sin la cual vivir no puedo, ni quiero; y que si en vos no hallo esperanza a mi pena, alivio a mi enfermedad, alegría a mi tristeza, luz a mis ojos, a mi pecho aliento y gloria a mi deseo, por condenado me doy y sin vislumbre de redención que me salve.

Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del Puerto Lápice; otros dicen que la de los molinos de viento; pero, lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los Anales de la Mancha, es que él anduvo todo aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre; y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba.

29 Y el varón que vendiere casa de morada en ciudad cercada, tendrá facultad de redimirla hasta acabarse el año de su venta; un año será el término de poderse redimir. 31 Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor, serán estimadas como un campo de tierra; tendrán redención, y saldrán en el jubileo.

La redención de los humildes hemos de hacerla los que nacimos con ímpetu de señores cuando se haga la luz en nuestras conciencias. ¡En la mía se hace esa luz de tempestad!

Y hecho su sermón y despedido desde el púlpito, ya que se quería abajar, llamó al escribano y a , que iba cargado con unas alforjas, e hízonos llegar al primer escalón, y tomó al alguacil las que en las manos llevaba y las que no tenía en las alforjas, púsolas junto a sus pies, y tornóse a poner en el púlpito con cara alegre y arrojar desde allí de diez en diez y de veinte en veinte de sus bulas hacia todas partes, diciendo: "Hermanos míos, tomad, tomad de las gracias que Dios os envía hasta vuestras casas, y no os duela, pues es obra tan pía la redención de los captivos cristianos que están en tierra de moros.

Señor, esta noche dijo es la noche de la redención. ¡Dios quiera en su altísima justicia que nuestra empresa llegue á feliz término! Yo así lo espero; confío mucho en el valor de los que están encargados del negocio. Señor, V.M. recobrará sus divinos atributos, usurpados por una turba de habladores sin honor ni nobleza.

Que si hoy la cultura é ilustración del indio no se encuentra á la altura que tiene derecho á exigir de ellos el pueblo que por su redención tan costosos sacrificios se impone, no hay nada que reprocharle, porque de ello no es él sólo culpable.

En cuanto al bien que yo pueda aparentemente hacer, no tengo fe en él. ¿Qué puede realizar un alma perdida como la mía, en pro de la redención de otras almas? ¿Ni qué puede un alma manchada hacer en beneficio de la purificación de otras almas?

Tenía Amparo por cosa cierta que se acercaba la hora de señalarse con algún hecho digno de memoria: ansiaba, sin declarárselo a misma, emplear las fuerzas de abnegación y sacrificio que existen latentes en el alma de la mujer del pueblo. ¡Sacrificarse por cualquiera de aquellos hombres, venidos de Cantabria a vaticinar la redención; inmolarse por el más viejo, por el más feo, prestándole algún extraordinario y capital servicio!

Palabra del Dia

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