Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de julio de 2025


Es un gran sacrificio... Pero serás buena con mi pobre hija... Te quiere tanto... No la rechaces, te lo suplico. Yo también la quiero, y si no se tratase más que de ... ¡Pero el mundo y sus prejuicios! Raúl puede perjudicarse en su porvenir y en su carrera, y yo también soy madre, amigo mío.

A pesar de esta última súplica, que denotaba una inquietud y una vacilación mal disimuladas bajo la aparente resolución de las primeras líneas, Liette no respondió, firmemente decidida, aunque se rompiese su corazón, a no salir de la reserva que le mandaban imperiosamente su dignidad y su deber. Raúl volvió a la carga.

Durante este tiempo, Raúl se consolaba de sus duelos con sus éxitos diplomáticos y de otra clase en la sociedad romana. Acaso en el fondo prefería estar solo para llorar a sus queridas desaparecidas.

Para una dueña de casa es un martirio que una señorita planche. Hablé a unos y otros; me ayudó también Jorge, mi marido, que recurría a su hermano Raúl, cuando ya no sabíamos a quién endosársela. Así logramos que bailara casi toda la noche.

Raúl, desde entonces, puso una especie de coquetería en confesar su edad y no discutió ya con el espejo la aparición de una arruga o de una cana.

Raúl estaba metido en un sillón, con el sombrero en la mano, y con los ojos muy grandes.

La aparición de los muchachos en el Brístol sería todo un éxito. ¡Un noviazgo tan sonado...! Entrarían como los Reyes Católicos. En los salones del Brístol los noviazgos adquieren una solemnidad, una importancia que no tienen en ninguna otra parte. ¡Figúrate los comentarios, después de lo que ha pasado! En fin... ¡un exitazo para Raúl y para Inés! Vamos a Mar del Plata. No lo que haré.

Cuando se levantó dejó escapar una exclamación; dos cirios estaban ardiendo juntos, y, como los dos novios de hacía un momento, Raúl, arrodillado al lado suyo, murmuraba a su oído: Liette, amo a usted. ¿Me ama usted a ?

Una voz suplicante que vibró a su oído y una mano febril que se apoyó en el caballo le arrancaron a aquel turbador pensamiento. El joven hizo un gesto de mal humor. ¡Usted, Juana! En verdad, es usted imprudente... No se trata ya de prudencia, Raúl; debes ahora advertir a tu madre que estamos casados, que soy tu mujer.

Será un recuerdo de este día, que es el último dijo Raúl dando un suspiro. En efecto, se marchaba al día siguiente. ¡Pero cuánto camino recorrido en aquellos días, en sentido propio y figurado! ¡Cuánto camino por las carreteras de Normandía y en el corazón de Liette! Y es que el amor sincero es comunicativo, y, por primera vez, aquel amante veleidoso estaba sinceramente enamorado.

Palabra del Dia

ros

Otros Mirando