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Actualizado: 18 de junio de 2025


El célebre «dañador» de las posesiones reales merecía por sus hazañas hasta el respeto de los cazadores de la Sierra, y eso que éstos miraban como rateros cobardes a los camaradas de las afueras de Madrid que vivían del huroneo en los bosques de El Pardo.

Comprolos, y no tardó en enamorarse de un portamonedas. ¿Cómo podía pasarse sin aquella útil prenda, tan necesaria cuando se tiene algún dinero? No había cosa peor, según ella, que llevar las monedas sueltas en el bolsillo, expuestas a perderse, a confundirse y a caer en las largas uñas de los rateros.

Estuve poco tiempo; al llegar, me robáron quanto traía unos rateros en la plaza de San German; luego me reputáron á mi por ladron, y me tuviéron ocho dias en la cárcel; y al salir libre entré como corrector en una imprenta, para ganar con que volverme á pié á Holanda. He conocido la canalla escritora, la canalla enredadora, y la canalla convulsa.

Porque había un artículo más valioso que el oro y las perlas y las piedras preciosas y la belleza femenina. Para robar huesos de santos y demás reliquias, los monges de la Edad Media se preparaban con tres días de ayunos y oraciones, como los bandidos calabreses y los rateros napolitanos, que se encomiendan a la Madonna para asegurar su concurso antes de dar el golpe.

Dumas que, hasta el reinado de San Luis, Paris y sus alrededores estaban plagados de malhechores y de rateros, y que los vasallos de la corona tenian que ir á buscar otros señoríos, porque no podian parar en las tierras del rey. ¿Y cómo llama usted á eso, Sr. Dumas? ¿Es eso cultura y civilizacion? ¿Eso no es Africa? ¿Para eso no hay Pirineos? Basta de Memorial. Vamos á curiosidades de otro género.

que era su retrato: feo, con su misma fealdad y la de aquel pillete que estaba en la cárcel entre los rateros menores. La misma cabeza enorme, que parecía moldeada por las manos de la desgracia. La Mariposa se llevaba su biznieto. Nada de buscarle nodriza en las Carolinas.

Mendrugo quiere saber más de él; se sienta en el suelo, y oye admirado los prodigios de esta tierra, en donde hay ríos de leche, puentes de pan con manteca y árboles de jamones, y no repara que mientras tanto se apoderan los rateros del plato. En otra piececilla de estas se refiere con mucho donaire la manera, con que una mujer astuta se burla de su marido.

Presión grande hubo de hacer sobre su espíritu la desgraciada mujer para resignarse a tan atroz desventura... ¡Ser llevada a un recogimiento de mendigos callejeros como son conducidos a la cárcel los rateros y malhechores! ¡Verse imposibilitada de acudir a su casa a la hora de costumbre, y de atender al cuidado de su ama y amiga!

Palabra del Dia

vorsado

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