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Actualizado: 29 de julio de 2025


Comprendió Ituriel el emblema, y se determinó á no tratar ni siquiera de enmendar á Persepolis, y dexar que anduviera el mundo como anda, diciendo: Si no todo es bueno, á lo ménos todo es tolerable. Subsistió pues Persepolis; y Babuco estuvo muy distante de quejarse, como hizo Jonas que se enfadó porque no fué destruida Ninive.

El deseo de quejarse que sentía esta noche le hizo recordar á un español llevado por la mañana al pueblo más próximo, ó sea á treinta kilómetros de la estancia, para que lo curasen. Uno de sus brazos había sido alcanzando por el engranaje de una trilladora, sufriendo una trituración horrible. El infeliz iba á quedar mutilado para siempre, arrastrando una vida de miserias y privaciones.

Anoche me dijo Moreno que Pirovani y Canterac empiezan á hacerse la guerra. El uno se resiste á aprobar como ingeniero los trabajos que hace el otro como contratista. Desea perjudicarle, retardando de este modo los pagos del gobierno... Pirovani dice que suspenderá las obras y se irá á Buenos Aires, donde tiene muchos amigos, á quejarse del ingeniero.

-A la mano de Dios -dijo Sancho-; yo lo creo todo así como vuestra merced lo dice; pero enderécese un poco, que parece que va de medio lado, y debe de ser del molimiento de la caída. -Así es la verdad -respondió don Quijote-; y si no me quejo del dolor, es porque no es dado a los caballeros andantes quejarse de herida alguna, aunque se le salgan las tripas por ella.

No pude, sin embargo, detenerme en esta idea; verdad es que recordaba haber oído á mi padre quejarse amargamente de los desastres que nuestra fortuna había sufrido durante la época revolucionaria; pero desde tiempo atrás estas quejas habían cesado, y por otra parte, yo siempre las había hallado demasiado injustas, pareciéndome nuestra situación de fortuna de las más satisfactorias.

La Francia, empero, no debe quejarse: alguna parte flaca habia de tener, cuando tiene otras sobre las cuales se levanta tan grande, tan rica y tan fuerte. Sólo en una cosa me parece lógico el pueblo francés: no voy á decir que sólo es lógico en ser voluble, porque esto ya se sabe.

En el caso de Ester Prynne, no había ocurrido nada que lo agravase, porque jamás ella se declaró en contra del público, sino que se sometió, sin quejarse, á todo lo que éste quiso hacer, sin demandar nada en recompensa de sus sufrimientos.

Mientras se peinaba, Jaime se contempló en un espejo antiguo, rajado y de luna nebulosa. Treinta y seis años: no podía quejarse de su aspecto. Era feo, con una fealdad «grandiosa», según expresión de una mujer que había ejercido cierta influencia sobre su vida. Esta fealdad le había proporcionado algunas satisfacciones amorosas.

Llegado junto á su cuerpo, que poco antes había dejado, no le pareció más que una disforme masa de barro y se maravillaba consigo mismo y no acababa de creer que aquél era en quien poco antes ejercitaba todas las operaciones y facultades naturales, y no cesaba de lamentarse y quejarse con sus compañeros, sino que éstos, sonriéndose, le dijeron: Aquí conocerás qué cosa eres , cargado de esta vil y hendionda materia.

Palabra del Dia

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