Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
No era nada: un puntazo en una nalga; una herida de varios centímetros de profundidad. Y con el impudor del triunfo, quería mostrarla a los vecinos, afirmando que metía en ella un dedo sin llegar al fin. Sentíase orgulloso del hedor de yodoformo que iba esparciendo a su paso, y hablaba de las atenciones con que le habían tratado en aquel pueblo, que era para él lo mejor de España.
Ya está... ¡les pone una tallarinada! dijo Baldomero riendo bondadosamente, al dar un puntazo con el cabo del rebenque en el abultado abdomen de Garona. ¡No sea juguetón!... y diga: ¿de postre? ¿Qué les va a poner? Tengo lindo durazno en conserva. ¡Convenido! y ponga guayaba también y... ¡ya sabe!... ¿eh?... esto es mío... no vaya a recibirle a don Melchor. ¡«No» pierda cuidado!
El fue quien hizo descubrir al famoso caudillo Aben-Djahvar, por medio de espantosos tormentos, dos escondites de armas en Sierra Nevada. En el paso de Alfajarali recibió en medio de la frente el puntazo de un cuchillo corvo que un morisco, de aquellos que peleaban coronados de rosas en señal de martirio, le arrojó desde lejos.
314 Un puntazo me largó, pero el cuerpo le saqué, y en cuanto se lo quité, para no matar un viejo, con cuidado, medio de lejos un palazo le asenté. 315 Y como nunca al que manda le falta algún adulón, uno que en esa ocasión se encontraba allí presente, vino apretando los dientes como perrito mamón.
Pensaba con irónica conmiseración en su existencia antes de conocerla. Creía entonces haber paladeado todas las variedades y complicaciones del amor, y hasta se consideraba hastiado de ellas. Había tenido por suyas mujeres de alto precio, arrebatándolas en una puja de generosidad a los amigos más íntimos con quebranto de su fortuna. ¡Lo que había malgastado años antes, cuando al morir su madre se vio en posesión de una fortuna algo mermada por sus prodigalidades de hijo de familia!... Sus amores en la buena sociedad habían alcanzado igualmente cierta resonancia. Aún guardaba en el pecho una ligera cicatriz, un puntazo recibido en un duelo con cierto señor que, después de tolerar ciegamente todos los amigos anteriores de su esposa, se había sentido de pronto terriblemente celoso de Ojeda. El amor le hacía encogerse de hombros en aquella época de su vida: un pasatiempo como la ambición o como el juego; un dulce engaño para entretenerse.
Palabra del Dia
Otros Mirando