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Actualizado: 16 de julio de 2025
Además, quitaba y ponía ministros, daba mandos en el ejército á los compañeros que le seguían ciegamente, y obligaba á salir del país á sus adversarios ó los enviaba á ciertas provincias de la costa del golfo de Méjico, donde la gente de las altas mesetas puede contraer enfermedades de muerte. Sus enemigos recordaban la facilidad con que había fusilado durante la guerra á los prisioneros.
Un año después recibí una carta del joven Small y un paquete pequeño: «El tesoro nos ha dado mala suerte decía . Fuimos al Nun con una tropa de quince hombres armados. Al ver que descubríamos las cajas enterradas y nos las llevábamos, Ryp y los suyos nos atacaron a la desesperada. En la refriega, Smiles y Ryp murieron; van Stein quedó malherido y dos de nuestros hombres cayeron prisioneros.
Los prisioneros fueron condenados á muerte por los tribunales, pena que el Congreso determinó se conmutara por otras. Formulada, discutida y sancionada la Constitucion federal de las siete provincias venezolanas, se publicó el decreto en 21 de Diciembre.
Lleno de furor el jefe español mandó pasar á cuchillo, además de los prisioneros, á gran parte de inofensivos vecinos, sin respetar sexo ni edad.
Ese sabe siempre a punto fijo, de muy buena tinta, los pormenores de la última batalla: sabe si don Miguel está en Coimbra, en Lisboa o en Badajoz; entiende muy bien la marcha de Nicolás, que así llama él con franqueza al autócrata ruso. Suele sucederle luego que los que él supuso entrar vencedores en un punto, entraron en él prisioneros; pero todo es entrar.
Todo se realizó como inicuamente estaba previsto, y la fortaleza fué entregada por el infame Rumiñahui, mandando el Inca decapitar a los prisioneros . Tschudi, Markham, Nadal, Barrancas y muchos americanistas se empeñaron en sostener que el drama Ollanta había sido compuesto en los tiempos incásicos, y que era, por consiguiente, un monumento literario anterior a la conquista.
El heroico comandante del Santa Ana, D. Ignacio M. de Álava, viendo que se aproximaban algunos navíos españoles, salidos de Cádiz, con objeto de represar los buques prisioneros y salvar la tripulación de los próximos a naufragar, se dirigió con lenguaje patriótico a su abatida tripulación.
Cuentan que uno de los antiguos señores del lugar satisfacía á veces el capricho de hacer saltar á sus prisioneros desde la azotea del torreón. Reservaba á sus más odiados enemigos la muerte lenta en el fondo de las mazmorras, pero los cautivos contra los cuales no tenía ningún motivo de odio, tenían que demostrar, al precipitarse desde la torre, el ánimo y gallardía con que sabían morir.
Un teniente que apareció en la carretera, preguntó: ¿Qué hay, sargento? Traemos prisioneros a un general carlista y a dos monjas. Martín se preguntó por qué le llamaba el sargento general carlista; pero, al ver que el teniente le saludaba, comprendió que el uniforme, cogido por él en Estella, era de un general. CÓMO LLEGARON A LOGRO
Le cogieron y pasó muchos meses en el Hacho de Ceuta, confundido con prisioneros carlistas e insurrectos cubanos, en un amontonamiento y una miseria de los que aún se acordaba con horror después de tantos años. Al recobrar la libertad, la vida le pareció en Jerez más triste y desesperada que en el presidio.
Palabra del Dia
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