Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de octubre de 2025


Ronzal, alias Trabuco, aspiraba a la mano de una Carraspique, fuere cual fuere, porque su presupuesto de gastos aumentaba y el de ingresos disminuía; y don Francisco de Asís era un millonario que educaba muy bien a sus hijas. Pero el Magistral tenía otros proyectos. ¿Un impío Ronzal? preguntó asustado Carraspique. , un impío... relativamente.

La educación superficial y brillante de que sufren las jóvenes sin fortuna, y pertenecientes a cierta sociedad, es ciertamente una causa de celibato forzoso para ellas. »Si con 800 pesos no puedo yo nivelar un presupuesto, qué dirán los que están reducidos a vivir con 400 ó 600 pesos...

¿No es la España del pasado, lo repito? ¡Id a dar una serenata en Buenos Aires, bajo la luz eléctrica, en medio de un millar de transeúntes y en combinación con las cornetas de los tranvías! Uno de mis amigos de Bogotá, queriendo organizar una serenata para la noche siguiente, llamó a un director de orquesta especialista y le pidió su presupuesto.

Se decía que el ministro de Hacienda había vendido secretamente a madama Scott la mitad de los brillantes de la corona, y esta era la razón por la cual el mes anterior había tenido un sobrante de quince millones en su presupuesto. Agrega a todo esto que tiene un aire muy de señora, la antigua saltimbanqui, y que se encuentra lo más bien en medio de tantos esplendores.

EVARISTA, DON URBANO, sentados junto a la mesa despachando asuntos; BALBINA, que sirve a la señora una taza de caldo. Ya lo sabes. Que nos parece bien el plano y presupuesto, y que ya nos entenderemos con el contratista. EVARISTA. No importa. Aún nos sobra dinero para la continuación del Socorro. BALBINA. Ya vigilo, señora. Este juego de la señorita Electra creo yo que no trae malicia.

Quitad á Luis Napoleon los siete mil millones de presupuesto nacional. ¿Qué seria? Nada. ¿Qué haria? Nada. ¿Estaria en el trono? No. ¿Caeria de ese trono, como cae el rayo de las nubes? .

Alarmáronse los parciales del Gobierno, y el señor Fernández Gallego, que entre los curiosos andaba agazapado, frunció el acento circunflejo que sobre la nariz tenía, a la vista de aquella nube de bárbaros hambrientos que salían de los bosques talados de la Revolución y amenazaban invadir las fértiles llanuras del presupuesto, que ellos solos cultivaban. ¿Cuál sería la actitud del monarca?

Decía que el presupuesto de guerra «era la sangría suelta por donde se escapaban las fuerzas vivas de la naciónfrasecilla que había leído en el Boletín de Contribuciones Indirectas, y que había hecho suya con extremada fruición. Llamaba vagos a los soldados y profesaba rencor inextinguible a los galones y charreteras.

Cuarenta y un millones arranca del presupuesto, y aún le parece poca cosa esta cifra, que resulta una enormidad en un país que dedica nueve millones a la enseñanza y un millón al socorro de los desgraciados. Mantenerse en correspondencia con Dios les cuesta a los españoles cinco veces más que aprender a leer. Pero esto de los cuarenta y un millones es un tapaojos.

Juan Pablo prestaba atención muy escasa al asunto de Maximiliano y a todos los demás asuntos de la familia, como no fuera el de la herencia. Su anhelo era cobrar pronto para pagar sus trampas. Entraba de noche muy tarde, y casi siempre comía fuera, lo que agradecía mucho doña Lupe, pues Nicolás con su voracidad puntual le desequilibraba el presupuesto de la casa.

Palabra del Dia

amitié

Otros Mirando