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Actualizado: 25 de junio de 2025


Entretanto, muy conmovido, muy turbado, el abate Constantín introducía en el presbiterio a la nueva castellana de Longueval. En verdad, no era un palacio el presbiterio de Longueval.

Los músicos se situaron en el coro, el obispo y el clero en el presbiterio. El prelado dijo una breve y sentida plática desde el púlpito. Tenía una hermosa voz de barítono que hizo vibrar las cuerdas más delicadas del corazón de todas las rosas místicas de la villa.

En la parte posterior del presbiterio, allá en lo alto hay una doble línea de estátuas ennegrecidas por los siglos: se conmueve, se estremece el cristiano al verlas á la luz del crepúsculo suspendidas en el muro.

Rosalía logró abrirse camino por entre el elegante gentío; pero no pudo llegar hasta donde estaba la marquesa, que se había encaramado en el presbiterio, cerca de los curas.

Los padres jesuitas, acompañados de las religiones, trajeron el santo el dia antes hasta el arco de las Bendiciones, y le llevaron los prebendados á la capilla mayor. Por la noche se iluminó la torre, y al dia siguiente se celebró la misa, presentes los PP. que tuvieron su asiento en el presbiterio.

Sus entrañas fueron sepultadas en el Presbiterio de la Santa Iglesia Catedral de Teruel, y su cuerpo fue trasladado a Zaragoza a la Iglesia del Pilar y colocado en la capilla de San Miguel, que había sido construida a sus espensas.

Algunos minutos después, madama Scott, miss Percival, el cura y el oficial, tomaban asiento alrededor de la mesa del presbiterio; luego, con mucha rapidez, gracias a la sorpresa y originalidad del encuentro, gracias, sobre todo, al buen humor y alegría algo audaz de Bettina, la conversación tomaba el giro de la más franca y cordial familiaridad.

Después de un corto momento de inquietud, respiró... nadie, evidentemente nadie, había notado que él dormía. Enderezose, estirose prudente y lentamente... ¡Se había salvado!... Un cuarto de hora más tarde, las dos hermanas acompañaban al cura y a Juan hasta la pequeña puerta del parque, que daba a la aldea, a un centenar de pasos del presbiterio.

Su pensamiento lo atraía con obstinación hacia el presbiterio de Longueval... , la más linda de las dos era madama Scott. Miss Percival era una criatura. Volvía a ver a madama Scott en la mesa del cura; oía aquella historia contada con tanta franqueza, tanta naturalidad, y la armonía algo extraña de su voz particular y penetrante encantaba aún su oído.

En la iglesia se arrodilla siempre próxima al presbiterio, y jamás se ha visto á una taga-bayan sin su correspondiente devocionario y su rosario de coral, plata ó nácar. Casi todas han estado en colegio, saben leer, escribir y bordar, un poquito de música, y hasta algunas se permiten rimar un cundiman, dedicado á alguna amiga, el día de su santo.

Palabra del Dia

vorsado

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