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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Lord Gray rompió a reír jovialmente, y cambiando de aspecto y tono, dijo: Calesero, apresura el paso, que deseo llegar pronto a Cádiz. El lamparín no quiere andar. ¿Qué lamparín? El caballo. Le han salido callos en la jerraúra. <i>¡Ay !</i> Este caballo es muy respetoso. ¿Por qué? Muy respetoso con los amigos. Cuando se ve con Pelaítas, se hacen cortesías y se preguntan cómo ha ido de viaje.

Mientras que en nuestra Europa, con bastante agua para el desenvolvimiento de la vida, nos saludamos burguesamente preguntándonos por la salud y los negocios, los gallos del Africa oriental, se preguntan inclinándose. «¿Has hallado aguaEn el Indostán, al criado encargado de refrescar la morada rociando el piso, le llaman el «paradisiaco».

Y contestan siempre los que no han leído un libro ni han asistido a una corrida. Los viejos piropean a las jóvenes y las siguen y hablan de política y no saben una palabra de la profesión que han ejercido toda la vida. Los generales discuten la separación de la Iglesia y del Estado y los obispos se preguntan si estamos preparados para una guerra con el extranjero.

Si me preguntan cuánto es el exceso, tampoco lo buscaré por uno, mas uno etc. etc., sino por la relacion de las dos fórmulas noventa y diez, con las que compuse la fórmula ciento. La idea general, es una especie de fórmula. En la numeracion reunimos en un signo, muchas cosas, que convienen en una idea general, pero este signo representa al propio tiempo su distincion respectiva.

Antonio González, lector incansable de novelas en varios tomos, creía en Juan Ort y otros personajes igualmente interesantes que venían á acabar su existencia en una tierra donde á nadie le preguntan su pasado.

Me preguntan si el ciento es mayor que noventa; si hubiese de contar uno, mas uno, mas uno, perderia la cuenta, y jamás llegaria á distinguir cuál es mayor; pero como que para llegar á la fórmula ciento, pasamos antes por otra fórmula, noventa, y que esto era creciendo, muy bien con una vez para todas, que por el ciento expresamos el noventa y algo mas, es decir que el ciento es mayor que el noventa.

Por manera que a la tarde ellos volvieron; mas fué tarde. Yo les dije que aún no era venido. Venida la noche y él no, yo hube miedo de quedar en casa solo y fuíme a las vecinas y contéles el caso y allí dormí. Venida la mañana, los acreedores vuelven y preguntan por el vecino; mas, a estotra puerta. Las mujeres les responden: "Veis aquí su mozo y la llave de la puerta."

Pero no es él, don Jaime: estoy seguro. Si al Cantó le preguntan, dirá que por darse importancia. Pero era el otro, el Ferrer, le conocí la voz, y Margalida cree lo mismo. A continuación, con gesto grave, habló del necio miedo de las mujeres, que sostenían la necesidad de avisar a la Guardia civil de San José. Usted no hará eso. ¿Verdad, don Jaime, que es un disparate?

Venida la mañana, los acreedores vuelven y preguntan por el vecino, mas a estotra puerta. Las mujeres le responden: "Veis aquí su mozo y la llave de la puerta." Ellos me préguntaron por él y díjele que no sabía adónde estaba y que tampoco había vuelto a casa desde que salió a trocar la pieza, y que pensaba que de y de ellos se había ido con el trueco.

Ambos establecimientos eran, al parecer, de un mismo dueño: el pequeño tenía una puerta a la calle y el grande dos. Es en la tienda de al lado dijo el buñuelero sin urbanidad ; pero se puede entrar por aquí. Pase usted, caballero.... Señá Nazaria, aquí preguntan por usted. Cuando la naranja se vuelva limón.

Palabra del Dia

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