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Mac Sangley, en su primer juicio del carácter de la niña no pudo concebir que jamás hubiese poseído una muñeca. Y es que el maestro, parecido a muchos otros perspicaces observadores, estaba más seguro en los raciocinios a posteriori que en los a priori. Melisa tenía muñeca, pero era propiamente la muñeca de Melisa una reproducción en pequeño de ella misma.

Por su larga experiencia teatral no ignoraba Carolina que hay en la vida del hombre dos períodos durante los cuales es fácilmente poseído de la pasión impetuosa y arrebatada: la primera juventud, en que las cortesanas parecen ángeles caídos, y la entrada de la vejez, en que uno quiere despedirse de la naturaleza con aquella música de besos que en la adolescencia nos abrió las puertas de la dicha.

En cuanto a Clara se puede decir que no vivía más que para él. Una tarde en que por haberse ausentado momentáneamente Elena quedaron solos los novios, Tristán aprovechó aquellos instantes para repetir a su amada la admiración y la gratitud de que estaba poseído. Después, quedando pensativo, dijo melancólicamente: ¡Era yo tan feliz en aquel momento, Clara!

Me vi bastante torpe para expresarles la gratitud que les debía por aquel acto tan honroso para la memoria de mi tío, y la satisfacción de que me sentía poseído al estrechar las manos de unas personas de quienes tantas y tan grandes noticias tenía yo desde que había llegado a Tablanca.

Quien desea pensar bien, es preciso que se acostumbre á estar mucho sobre , recordando continuamente esta importantísima verdad; es necesario que se habitúe á concentrarse, á preguntarse con mucha frecuencia: «¿tienes el ánimo bastante tranquilo? ¿no estás agitado por alguna pasion que te presenta las cosas diferentes de lo que son en ? ¿estás poseido de algun afecto secreto que sin sacudir con violencia tu corazon le domina suavemente, por medio de una fascinacion que no adviertes?

Así se hallaron frente a frente la personificación de todas las grandezas acumuladas por los tiempos y el representante de una raza que contribuyó a crearla para delicia de otros. Juan poseído de una pasión que daba espanto, tendió hacia ella los brazos.

La vida en los hoteles, los viajes por mar y por tierra, las míseras rivalidades de profesión, eran un ensueño incierto e incoloro, un limbo del que sólo guardaba pálidos recuerdos. El poder demoníaco de la música la había poseído por entero, transportándola a las regiones de una vida superior.

Don Rosendo anunció que el del número próximo era mucho más interesante, y se fué. En un corro de marinos que había en el muelle le felicitaron con rudo entusiasmo y le insinuaron la idea de que la dársena estaba muy sucia y era menester dragarla. Se dragaría: ¡vaya si se dragaría! Don Rosendo se alejó gravemente poseído de su omnipotencia.

Al oír esto solté insensiblemente mi bolsa en mi faltriquera, menos poseído ya de mi ardiente caridad. ¡Es posible! Traiga usted una alhaja. Ni una me queda; lo sabes: tienes mi reloj, mis botones, mi cadena... ¡Diez y seis pesos! Mira, con ocho me contento. Yo no puedo hacer nada en eso; es mucho. Con cinco me contento, y firmaré los diez y seis y te daré ahora mismo uno de gratificación...

Salomón, el hijo de David, se había posado brevísimo tiempo en la inteligencia de este otro su homónimo. ¡Hombre más ignorante, soberbio y poseído de ...! Llevaba el manteo terciado, la teja al bies, y tenía todo el empaque de un majo.