Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de julio de 2025


Las recibió con escarnio ó mofa, y se les respondió, que les convenia obrar al ejemplo de los de San Luis. Y aunque los vecinos de Santa , y los de las demas ciudades decian, que ellos marchaban forzados, con todo, ambos generales, español y portugues, con su presencia urgian el viage.

No bien saltaron en tierra algunas personas de a bordo, visitaron la ciudad y hablaron con sus mercaderes y con otros de sus habitantes, entre los cuales no faltaba ya quien chapurrease el portugués o el italiano, corrió por todas partes la voz de que mandaba la nave recién llegada un señor de mucho fuste y campanillas, cuyo nombre era Miguel de Zuheros.

Reunió Perea algunos adeptos, gente de poca monta, pero no tardaron en llegar á oídos de la Inquisición los manejos del portugués, y en los comienzos de 1636 decidieron apoderarse de su persona.

Dicho Portugues parece de 45 años, y dice que viene á ordenarse, cuando no hay aquí Obispo, ni trae dimisorias, ni tiene beneficio eclesiástico: y á los que le reconvienen con esto, responde: que esperará al Obispo, que se ordenará y domiciliará aquí.

Un día, al pasar cerca de Cabo Verde, echamos a pique una barca de pescadores; unas horas después, en la cubierta, encontramos a un portugués vestido sólo con un pantalón y una camisa. ¿Qué hacemos con este hombre? preguntó el contramaestre. Atadlo contestó el capitán. Se le ató, a pesar de sus protestas y sus gritos. ¿Y ahora? Ahora, echadlo al mar. Así se hizo.

Acaso la nave que hemos visto no lleva en vano el nombre de Victoria. Acaso va mandándola el otro portugués de cuyo nombre no os acordáis. ¿Y cómo se llama ese otro portugués? preguntó Miguel de Zuheros. Ese otro portugués contestó Fréitas se llama Fernando de Magallanes. Rarísimo personaje era Morsamor.

Y como la mayoría de las naciones de América eran de origen hispánico ó portugués, quedaban comprendidas en esta reivindicación. Todavía es prematuro pensar en ellas añadió el doctor modestamente , pero algún día sonará la hora de la justicia.

Agraviado Magallanes, pasó á España, y el magnánimo Carlos V le dió cinco naves, si bien no osó fiarse enteramente de un tránsfuga portugués, y por lo tanto impúsole un socio castellano. Magallanes partió entre dos peligros: la malevolencia castellana y la venganza de sus compatricios, que querían asesinarle.

Don Pompeyo no decía que ni que no; cierto era que el tenía un poco de panza, no mucho, obra de la edad y la vida sedentaria; que andaba muy tieso, porque creía que «quien era recto como espíritu, digámoslo así, debía serlo como físico»; pero en punto a los vestigios de raza y nación él se declaraba neutral: quería decir que le era indiferente esta cuestión, toda vez que tan español consideraba a un portugués como a un castellano como a un extremeño.

Jamás me perdonó el desacato para con el gran santo portugués, y me lo hizo expiar duramente excluyéndome de las golosinas y primores que solía hacer á menudo, aunque para ser verídico debo confesar que casi siempre lograba yo burlar su vigilancia. El misticismo de la viejecita fué creciendo cada vez más con la avanzada edad.

Palabra del Dia

godella

Otros Mirando