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Actualizado: 19 de julio de 2025
Este orgullo le infundió un valor absurdo, inverosímil, como si fuese un ser gigantesco procedente de otro planeta y toda la humanidad que le rodeaba un simple hormiguero que podía borrar con los pies. ¡Que viniesen los enemigos!
Mujeres hay que han estado en Sevilla o en Madrid, que han ido a Málaga y han visto la mar; y mujeres hay que jamás salieron de su pequeña villa, y se forman de Madrid idea tan confusa como las que yo me formo de las ciudades que puede haber en otro planeta. Casi ninguna está descontenta de su suerte. La buena pasta es muy común.
Nuestro planeta no sólo gira sobre sí mismo, sino que al mismo tiempo circula en torno del Sol a razón de cien mil kilómetros por hora. Cada segundo recorremos treinta mil metros. Jamás inventarán los hombres una bala de cañón tan rápida.
Cuidaba y mimaba á su marido con gran cariño y él la seguía en sus idas y venidas por las habitaciones, con unos ojazos que revelaban la ternura del agradecimiento. En fin, querido planeta continuó el capitán que parecen unos novios. No sé qué diablos habrán andado en esto, pero los dos son otros, completamente. Aresti sonreía. ¿Entonces preguntó la casa de mi primo será un nido de amor?
Las ovejas que el vasco apacentaba en sus alfalfares eran como bestias de otro planeta, donde una nutrición maravillosa diese á los seres proporciones exageradas. Parecen animales vistos con anteojos de aumento decía el bolichero.
A sus pies, la madera de las raíces, que parecía guardar en sus nudos las primeras savias del planeta, abarcaba un radio mucho más grande que el ocupado por el ramaje en el espacio.
Los hombres lo empequeñecen todo. Desdichadas las almas que siendo hermanas de lo infinito, tienen que entroncarse a la fuerza con estas miserias del planeta llamadas cantidad, relación, gravedad. Verdaderamente, ¿qué cosa más contraria a lo infinito y a lo ideal que aquellos nefandos papeles? «Esta es del Monte murmuró Isidora con el corazón oprimido . Esta... ¿a ver?.... es la de mi calabrote.
Cambiaba el diario espectáculo de mares y tierras, cambiaba la temperatura y el curso de los astros; las gentes, arrebujadas en gabanes invernales, vestían de blanco una semana después y buscaban en el cielo las nuevas estrellas del opuesto hemisferio... y su camarote siempre igual, como si fuese un rincón de un planeta aparte, insensible á las variaciones de este mundo.
Por consiguiente hay 296 millones de kilómetros entre una cualquiera de sus posiciones y la posición diametralmente opuesta en la órbita, y por consiguiente nuestro planeta se acerca ó se aleja de las estrellas tan enorme cantidad.
Y hablaba con entusiasmo de Aresti, de la bondad con que seguía sus amores. Sí, mi tío es muy bueno dijo Pepita hablando del doctor como de un pariente lejano, del que sólo se acordaba la familia de tarde en tarde. ¡Lástima que tenga esas ideas! Es un planeta muy simpático, pero mamá cree que está loco. Lo incierto de su porvenir, llevó de nuevo á los dos jóvenes á hablar de sus amores.
Palabra del Dia
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