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Actualizado: 18 de julio de 2025


De todos modos, si hago esta confesión, no es con ánimo de publicar debilidades, sino por hacer patente lo miserable de la naturaleza humana, que aún en los más elevados caracteres deja ver alguna ocasión su fondo de perversidad. De la novela, inocente causa de tan reñida controversia y desbarajuste final, ¿que he de decir, sino que salió cual engendrada en aciaga noche de escándalo?

Don Juan ¡parece mentira que sea el hombre capaz de tal perversidad! aprovechó la ocasión, se acercó de puntillas a Cristeta, y arrojándose en sus brazos dijo en voz muy queda, casi, y sin casi, pegando los labios a la linda oreja de su amada: Perdóname, no lo que me hago. Lo grave fue que, en lugar de desasirse en seguida, siguió agarrado a ella.

Pensativo y como lastimado por aquel interés de la muchacha hacia el enfermo, Salvador repuso entre dientes: De... perversidad. Carmen bajó hacia el suelo los párpados, cargados con la sombra divina de las pestañas, y murmuró: ¡Pobre!... Se quedó luego suspensa, sin alzar los ojos ni la voz, con los brazos caídos.

No tengo necesidad de la ayuda de un hombre que atenta contra la vida de una pobre mujer desamparada le respondí. Tenga presente que en adelante debe permanecer alejado de ella, o ¡por Job! le aseguro que sin más acá ni más allá, pediré la cooperación de la policía, y su historia pasada demostrará la perversidad de su carácter. Haga lo que guste rió de nuevo desafiadoramente.

En el jardín de Marta juega al escondite con su amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todavía más cómodo, podía estar con él á solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. ¿Qué lujo de perversidad, sin razón que la justifique, no hay, pues, en el empeño de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso?

En una palabra, Ruiloz iba a penetrar en el alma de Julia: si ésta procuraba la muerte de Clotilde, era señal de que seguía enamorada de Javier, o de que sin amarle era rencorosa hasta la perversidad, e indigna de ser querida; si lo contrario, demostraría primero que su corazón era incapaz de venganza, y tal vez que su amor a Javier era sentimiento extinguido.

Consideramos que la impunidad de las malvados es desmoralizadora, pero no existe perversidad más grande y más impune que la de Satanás y sus legiones; si nuestros caudillos bárbaros han sido feroces, es porque el infierno y no el cielo era el más fuerte componente de las supersticiones de su espíritu.

»He vuelto a despedir de mi casa a mi pupilo, al hijo de mi mejor amigo, a Amaury, excelente muchacho que de seguro se empeña todavía en disculpar mi crueldad. Y todo, ¿por qué razón? »¿Qué es lo que motiva esta injusticia y esta perversidad? ¿Qué causa reconoce tan inútil barbarie con unos seres a quienes yo quiero tanto? »Todo es porque estoy celoso.

Había en él algo de personaje melodramático artificiosamente concebido, cual si al crearle hubiera querido la Naturaleza condensar en un tipo la perversidad que de ordinario derrama en muchos individuos. Era de los hombres que pierden irremediablemente a la infeliz en quien se fijan, cuando no lo evita esa virtud inquebrantable y misteriosa, que halla su voluptuosidad en la resistencia.

El tío Pelusa, así llamaban a mi padrastro, era tan irascible y avariento como la que le había tomado por esposo. Sin embargo, aún pasé algunos años resignada siendo medio bestia de carga, medio puerca-cenicienta, hasta que al llegar Inesilla, mi hermanastra, a la edad de las travesuras desplegó tanta perversidad para conmigo, que comencé a pensar en el porvenir que me esperaba.

Palabra del Dia

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