Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Aquí hay amores, odios, despechos, celos, ambiciones, vanidades, todo ello en cuatro ranchos, lo mismo que en las ciudades. Tenemos dos puesteros que andan detrás de la cocinera; uno de ellos es ahorrativo y laborioso; el otro es un perdulario que, «vuelta a vuelta» está en la pulpería, muy guitarrero y cantor.

Así, pues, confió a su mujer el secreto del fascinador título nobiliario, y la preguntó en seguida, con el acento más dramático que pudo, si le parecería regular proteger los amores de su hija con un perdulario semejante, cuando estaba próxima a ceñir sus sienes... acaso con la ducal corona.

Este pase o dislocación se había realizado natural y legítimamente. Don Acisclo no tenía culpa ninguna de que el marqués hubiese sido despilfarrado y perdulario; y más que por culpa podía y debía contarse por mérito que él fuese ingenioso, ahorrativo y aprovechadísimo. Siempre se condujo con la mayor lealtad en la administración. El marqués de Villafría habitaba en Madrid, donde gastaba mucho.

A pesar de estos rumbosos informes, la Guardia civil le había pedido los papeles, igual que al último perdulario; pero como los llevaba en regla y no se metía con nadie, ni nadie se quejaba de él y le fiaba el vecino del lugar con quien vivía, no pasaban las cosas a más que a vigilarle de lejos, lo mismo que a su fiador, mientras en el pueblo se cerraban las casas al anochecer y no se dejaban, de puertas afuera, ni las gallinas en sus «albergaderos» provisionales.

Lo que siento es que no sea por mi mano». Seguíales sin perderles de vista, a bastante distancia... «Me duelen las contusiones que recibí aquella noche, como si las acabara de recibir... Perdulario, cobarde, que te ensañas con los débiles de cuerpo, con los enfermos que no se pueden tener... A ti se te contesta con una bala... ¡plaf!

Entre ella y el cuñado, habían habido ya ligeras escaramuzas, alfilerazos que no se olvidan, por la intención de la frase y la acritud del acento. Un día, disputando por fruslerías, él la llamó: ¡Solterona! y ella: ¡Perdulario! y en una ocasión le dijo ella, que no debía darse tantos humos, cuando allí tenía casa y comida gratis y se le había matado el hambre.

El clero, a quien yo había enriquecido, me acusaba de hechicero, el pueblo me apedreaba, y la viuda de Marques, cuando me quejaba de la dureza granítica de los garbanzos, poníase en jarras y gritaba: ¿Qué quiere usted más? ¡Aguantarse! ¡Valiente perdulario!

No llegó a perdulario, ni con cien leguas; pero rompió muchos zapatos jugando en las plazuelas con otros camaradas; se descalabró bastantes veces, y no volvía a casa, de retorno de la escuela o del paseo, con la ropa más limpia ni más entera que la de cualquier otro muchacho de buenas agallas.

Si fuese yo su mujer ya le enseñaría á dejarse desbalijar en medio del camino por el primer perdulario que pase.

, señor, muy poco... nada; porque con todo ello junto, y a pesar de las ponderaciones honradísimas de su madre, sin que ella lo sepa puede ser el chico un perdulario, o llegar a serlo, o un descastado, o un hombre inútil y un detestable marido... ¡Eche usted, canástoles! ¡eche usted más peste si le parece poco todavía la que ha echado sobre el pobre chico!

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando