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Actualizado: 15 de noviembre de 2025
Después de todo y pensándolo bien, sus amigos del círculo, sus camaradas de la vida de fiesta, las bellas jóvenes de la aristocracia, que no tenían para él sino miradas indiferentes, las muchachas que le tuteaban y le trataban como á un abuelo generoso, pero sin deferencia alguna, le interesaban muy poco.
Desde la ventana de mi entresuelo, veo los miradores de la casa de Santa Cruz y los de Moreno. Como haya telégrafos, cuenta que les atrapo el juego... A ti qué te parece... ¿Habrá...? Me parece que no volvió a decir Fortunata, pensándolo cada vez más. ix
No; pues del mismo modo Azorín no acertaría a explicar lo que dice Pepita con sus miradas suaves. Pepita ha querido saber dónde se iba Azorín. Pero es el caso que Azorín no lo sabe tampoco. ¿Dónde se irá él? ¿Qué país elegirá para pasear sus inquietudes? Ha estado un momento pensándolo, y como Pepita continuaba mirándole ansiosa, ha dicho al fin: Yo creo... que me marcho... a París.
Y pensándolo mejor, sin duda, recordó al cabo Fernandito que el ministro de la Gobernación, el buey Apis, como por razón de su corpulencia le llamaban, tan sólo le había dicho que el pastel de ratas debía de ser muy indigesto. ¡Vaya usted a ver qué tontería!
No creo que mi mismo padre os creyese tal, y eso que es severo cual ninguno en juzgar el valor y la entereza de los hombres. Pero ¿sabéis que no es nada lisonjero para mí el oiros lamentar lo que habéis hecho? Pensándolo bien, reconozco que una mujer, una extraña para vos, no debe separar á dos hermanos; y si queréis, volvamos pie atrás y haced las paces con Hugo entregándole á vuestra prisionera.
En un veladorcito puso un sortijero con alfileres, horquillas, agujas, imperdibles y un gran frasco de agua de Colonia sin destapar, con su caperuza de pergamino y sus cordones de colores. Pero, de allí a poco, pensándolo mejor, e imaginando que aquello, además de estar en contradicción con su carta, denotaba práctica de libertino a sangre fría, solamente dejó el perfume y las flores.
Pero no te fíes; puedes marcharte con una tajada y dejar el pez en el agua. Como yo vea el momento de tirar... Mucho tiempo llevas pensándolo. ¿Quién te lo ha dicho? Estos. Y puso los dedos sobre los ojos. Y lo de ella, ¿cómo lo sabes? ¡Curiosón! ¡el que no está enamorado!... ¿Enamorado? ni por pienso... pero es natural que quiera saber cómo está ella... para echar mis cuentas.
Aunque en el primer momento Adolfo no recibiese bien la noticia, pensándolo mejor, aprobó el proyectado enlace. No tenía ningún tilde serio que oponer a don Mariano.
Palabra del Dia
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