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Actualizado: 2 de julio de 2025
La vegetacion es siempre uniforme, el cielo igual y la llanura inmensa como un desierto de las pampas orientales; pero el viajero se consuela viendo asomar de trecho en trecho los pobres caseríos que se destacan sobre barrancas pedregosas, ya á la derecha del rio, como los pueblos de San-Cenon, San-Fernando, Santa-Ana y Pinto, ya á la izquierda, como á los de Talaigua y Sambrano.
El viajero, torciendo hácia el N. O., comienza á trepar las faldas pedregosas, áridas y tristes y los boquerones abruptos que médian, en la serranía del «Brevent» y las Agujas-Rojas, entre la hoya del Arve y la del Trient, tributarios del Ródano en sentido opuesto. La vegetacion artificial, las rústicas praderas y los graciosos chalets ó casas de campo alpinas, han desaparecido.
Olvidó las colinas pedregosas, los bancales infecundos con más guijarros que plantas, toda la campiña árida sumida en la obscuridad al otro lado de la tapia, uniforme y plana a la vista como un charco negro.
Vense algunas colinas pedregosas, aquí y allá; en una de las cuales cerca del puerto Deseado, se halló tambien un mineral métalico de una especie de cobre. Convenciéronse del error en que estaban, siendo probablemente ocasionado por los remolinos que hacían las aguas, al volverse de la tierra en mareas menores.
El camino por este rio consiste en montañas, valles y cumbres pedregosas con muchos bosques, y tan espesos, que solo se pasan por dos senderos muy estrechos que conducen al rio Colorado.
Obstinado en pasar huyendo de la fiera que me seguía balanceándose sobre sus patas de atrás y relamiéndose el hocico, tanto forzaba la cuña de mi cuerpo, que removía los montes por sus bases y oscilaban allá arriba, ¡muy arriba! las cúspides pedregosas, y hasta se desplomaban muchas de ellas sobre mí, pero sin hacerme daño.
El valle, que en la mitad del camino se abría adquiriendo mayor amplitud, tornaba a cerrarse al llegar al Moral. Las aguas se mostraban más inquietas, revelando la proximidad del mar. Las colinas que protegían el pueblecillo con sus faldas pedregosas y sus cimas desnudas y tristes, también lo anunciaban.
Salí por la mañana del dia 6 de Julio de 1784, con direccion al Molino de Caroyo, distante 12 leguas al rumbo del N 13° O: inmediatamente pasé el Rio de la Ciudad, al que dán el nombre de Primero: su fondo é inmediaciones son muy pedregosas, su caudal mediano, y de uno y medio pies de profundidad, siendo su agua regular: el camino es de pendientes, suave y de buen piso: el campo todo de bosque y árboles, mas ó menos poblado; hay algun pasto, pero segun he examinado es mucho menos de la cantidad que se dice, y hay, como en todo, mucha ponderacion.
Las colinas, que arrancan desde la orilla del mar, se van elevando unas sobre otras, escalonadas y desnudas, calcinadas por el sol y pedregosas, hasta alcanzar una altura de mil metros que permite dominar todo el espléndido panorama.
En vez de esas planicies desnudas, ligeramente interrumpidas por colinas graníticas ó pedregosas, sin majestad ni riqueza de tintas en la vegetacion, se extendia hácia el Oriente un inmenso plano inclinado, onduloso, reluciente de verdura y de contornos pintorescos que, dilatándose en escalones de suaves faldas ascendentes, iba á encuadrarse en el marco magnífico de las montañas de poderosa caliza que forman las abruptas serranías paralelas del Jura.
Palabra del Dia
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