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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Los Payaguás los suelen esperar con multitud de canoas muy ligeras, en cada una de las cuales van seis ó siete hombres, y para no ser descubiertos, se meten con las canoas debajo de las ramas de los árboles, que llegan hasta tocar en el agua: y cuando van pasando los portugueses, los asaltan de improviso, y les dan una descarga de flechazos, tirando siempre al portuguez blanco, y se echan sobre las canoas que pueden tomar; y recogiendo los géneros y los negros, se bajan á la Asumpcion, donde los españoles por compasion rescatan á los cautivos.
El primer contraste que tuvieron fué la perfidia de los Payaguás, que entreteniéndolos con buenas palabras y con muestras de tener ardientes deseos de ser cristianos, intentaron sorprenderlos á traición, quitarles las vidas, así á ellos como á los indios cristianos que los conducían, y pegando fuego al barco, robar y aprovecharse de la clavazón de hierro; mas frustrado su impío designio por aviso secreto de algunos menos inhumanos que había entre ellos; y sin embargo, tuvo osadía para salir al descubierto contra ellos en sus ligerísimas canoas un cuerpo de doscientos indios, que, como más abajo veremos, lograron al fin cogerlos desprevenidos y matarlos á traición.
Creían algunos que, viéndose imposibilitados á volver á la Asunción, se habían internado por el país á predicar en él la santa ley de Dios; y era fundamento para este juicio el celo insaciable de entrambos, pues á donde quiera que se les ofreciese ocasión de predicar, iban aun á costa de grandes sudores y trabajos; otros discurrían mejor que habían sido muertos por los Payaguás, ó á lo menos hechos esclavos.
Ni aun esto les permitió, diciendo que quería morir por Cristo, y les exhortó con palabras ardientes á sacrificar á Dios sus vidas, diciéndoles: Si nuestros trabajos y sudores no han sido suficientes para conducir al fin deseado esta empresa, lo supliremos á lo menos con la sangre; que no podían hacer obra más agradable á Dios ni á sí mismos más provechosa, que perder la vida en testimonio de aquella fe que profesaban; que no perdiesen aquella corona que se les ofrecía y que tantos andaban buscando sin tener la suerte de encontrarla; y que se verían en breve eternamente felices en el cielo, con sólo ofrecer de buena voluntad sus cabezas á las macanas de los Payaguás.
Subimos por el rio Paraguay con los 500 cristianos y los 2,000 indios: los Cários tenian 83 canoas, nosotros 9 bergantines, y en cada uno iban dos caballos, que hasta que llegamos al monte de San Fernando. Por espacio de 100 leguas fueron por tierra, y los embarcamos y proseguimos el viage hasta los Payaguás, que huyeron con sus mugeres é hijos, quemando antes sus casas.
Supimos la traicion de los Payaguás, por un indio que habia sido esclavo de Oyolas, el cual huyó de los enemigos por saber la lengua: pero no le dimos entero crédito, aunque contaba todo lo que habia sucedido, desde el principio hasta el fin del lance lastimoso.
De aquí hasta los Xarayes en dilatadísimas campañas por beneficio de la naturaleza, sin ninguna industria del arte, se cría inmensa cantidad de arroz, de que todos los años hacen provisión los Payaguás, Guatos, Nanuiquas, Caracarás, Guacamás, Guaresis y otros pueblos confinantes.
Dos meses despues, algunos Cários prendieron dos Payaguás, y los trageron al capitan: y preguntándoles si habian ayudado á dar muerte á los nuestros, lo negaron, diciendo que nuestro capitan aun no habia vuelto con los suyos á su provincia.
Entendida esta resolución por Quatí, cacique de los Payaguás, se fueron tras ellos, así él como sus vasallos, con intención de vivir en las Reducciones de los Guaranís, y hacerse cristianos; mas reconociendo que entre los suyos había aún algunos, cuyo caudillo era un cristiano apóstata llamado Ambrosio, que estaban obstinados en vivir á su libertad, y eran los familiares del demonio y hechiceros, determinó apartarse de ellos é irse adelante con su chusma en sus canoas, que son ligerísimas.
Horrorosa muerte de un indio apóstata; efectos de la justicia divina I 155 Hospitalidad y fiestas que celebran los indios del pueblo de San Rafael en honor á sus huéspedes I 175 Hostilidades de los indios Guaycurús á los Misioneros II 99 Hostilidades de los indios Payaguás á los Misioneros I 187 Huída de los cristianos que fueron hechos esclavos de los indios Payaguás II 120
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