United States or Zimbabwe ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y era pendiente de veras aquel repecho del camino real de Santiago a Orense en términos que los viandantes, al pasarlo, sacudían la cabeza murmurando que tenía bastante más declive del no cuántos por ciento marcado por la ley, y que sin duda al llevar la carretera en semejante dirección, ya sabrían los ingenieros lo que se pescaban, y alguna quinta de personaje político, alguna influencia electoral de grueso calibre debía andar cerca.

Todo esto, no obstante, importa tan poco a nuestra historia, que debiéramos pasarlo en silencio. Bástenos decir que donna Olimpia se ingenió de tal suerte y se dio tan buena maña, que se hizo amiga de Pedro de Covillán, de don Rodrigo, y de todo el personal de la Embajada.

¿Qué ha tomado? ¿El poquito de cocido que le aparté anoche? Hija, no pude pasarlo. Aquí me tienes con media onza de chocolate crudo. Vamos, vamos allá. Lo peor es que hay que encender lumbre. Pero pronto despacho... ¡Ah! también le traigo las medicinas. Eso lo primero. ¿Hiciste todo lo que te mandé? preguntó la señora, en marcha las dos hacia la cocina . ¿Empeñaste mis dos enaguas? ¿Cómo no?

Claro aparece, y es causa suficiente para no pasarlo en silencio, al escribir una historia de la literatura dramática, el importante influjo que ejerció en la forma externa del drama, en virtud de su animada exposición y vitalidad dramática.

El pueblo compuesto de setenta y tres indígenas, en todo semejantes á los Atenianos, y que hablan la misma lengua, está situado cerca de la confluencia que forma el mencionado rio con el Tuyche, el cual es tan ancho en aquel punto, que es menester pasarlo en balsas: así es que los habitantes son muy útiles á los viageros y á los comerciantes, ocupándose en pasarlos de una banda del rio á la otra.

Pero me gusta así y un resplandor de ternura ilumina sus rasgos y pensándolo bien, yo no podría pasarlo sin sus locuras. Ya lo sabes, siempre tengo necesidad de hacer el padre con alguno; en otro tiempo te tenía a ti, y ahora la tengo a ella. Después de haber desahogado su corazón, Martín se sume en un profundo silencio. ¿Y eres feliz? pregunta Juan.

Cuéntase un hecho que pinta muy bien la maravillosa asistencia que prestaba la divinidad al poder eclesiástico en aquella época en que la autoridad espiritual era la primera necesidad de las sociedades: y no queremos pasarlo en silencio.

A los dieciocho años me escapé de mi casa, imaginando que peor de lo que allí estaba no había de pasarlo en ninguna parte, segura de que, por mala suerte que tuviese, con nada sufriría tanto como aguantando las impertinencias de mi hermanastra, a quien servía de niñera, siendo víctima de la grosería de mi padrastro y del mal genio de mi madre.

Con el instinto maternal de los pájaros, tenía que pasarlo todo por su pico antes de que lo tragase el pequeñuelo. Llevábase la cuchara a la boca, soplaba en ella, la acariciaba con el aliento, y sólo tras de esta purificación se decidía a ofrecerla a su hijo, que, echando atrás la cabezota de pelos sedosos, mostraba sus encías desdentadas, su paladar sonrosado, de una palidez anémica.

Distínguese más que ningún otro, por su composición rara y singularmente enmarañada, el Auto da Feyra, cuyo argumento ha expuesto Bouterweck, motivo, en verdad, insuficiente para no darle nosotros la importancia, que tiene, y pasarlo en silencio. En la escena primera aparece el planeta Mercurio, y explica en una larga serie de estrofas la máquina del mundo.