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Actualizado: 7 de julio de 2025


¿Y qué? ¿Y VIRGILIO no ha sido también pobre? ¿No estuvo mucho tiempo manteniéndose con un pan solo, regalo de César? La melancolía que se aspira en sus obras, ¿no dice lo bastante cuánto debió haber sufrido su corazón sensible y delicado? ¿Habrá padecido menos que el brillante HOMERO y el festivo CERVANTES?

Guillermina, que no gustaba de perder el tiempo, abordó al instante la cuestión de esta manera: «Yo tengo una amiga a quien quiero mucho... la quiero tanto que daría mi vida por ella; y esta amiga tiene un marido que... En una palabra, mi amiga ha padecido horriblemente con ciertas... tonterías de su esposo... el cual es una excelente persona también... entendámonos, y yo le quiero mucho... Pero en fin, los hombres...».

El voluminoso dominico, con el anónimo de manifiesto, fué a ver a don Restituto y doña Basilisa, que, en su sentir, también habían padecido una pequeña violación. Los señores de Neira habían hecho poderosas dádivas a la diócesis, y el obispo les estaba obligado.

¿Á tal abandono de ti mismo has llegado? exclamó Tragomer. ¡Qué! el efecto de la miserable condición en que vives hace dos años ha sido tan rápido y tan completo que renuncias á justificarte y á confundir á los culpables? no sabes, Cristián, las torturas mortales que he padecido. ¡Todo me es indiferente ya! ¿Hasta ver á tu madre y á tu hermana?

Se descubrió que Burton Blair había padecido de debilidad natural al corazón, y que el desenlace fatal había sido acelerado por el movimiento del tren.

A todo esto la muñeca seguía en el suelo inmóvil también, pero sin mostrar en modo alguno sorpresa, pesar, terror, ni siquiera vergüenza de su situación poco decorosa. Me apresuré a levantarla, cogiéndola, si mal no recuerdo, por una pierna, y me informé minuciosamente de si había padecido alguna fractura u otra herida grave. No tenía más que leves contusiones.

Perdón, perdón, María, si estas palabras que rebosan de mi corazón ofenden la inocencia de vuestros sentimientos, tan puros como vuestra voz. También he padecido yo cuando padecíais vos. Ya veis repuso ella bostezando que no ha sido cosa de cuidado. ¿Queréis, María le preguntó el duque , que os lea los versos? Bien respondió fríamente María. El duque leyó una linda composición.

Para esto partió el cura de la Concepcion, como mediador de los pastores de aquel pueblo: á la verdad este varon, José Cardiel, por amor del pueblo ha padecido mucho; y así con otro compañero se fué allá.

Miéntras que andan buscando su basilisco, voy á informaros, dixo la hermosa Astarte, de todo lo que he padecido, y que perdono al cielo una vez que vuelvo á veros.

Palabra del Dia

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