Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
El Magistral protestó en vano: «Aquella sociedad la había fundado un ateo, era enemiga de la Iglesia...». No hay tal gritó desde la puerta Visita ; si así fuera, no figuraríamos nosotras como damas agregadas. Yo lo soy advirtió la de Páez por empeño de esta que convenció a papá.
Don Francisco Páez y su hija suplicaron a don Fermín que comiera con ellos; no tenían a nadie, sería una comida de familia... los tres solos. ¡Los tres solos! decía Olvido dejando de ser sorbete por un momento.
Es aquí donde el Libertador lanzó el decreto de Trujillo, la guerra a muerte, sin piedad, sin cuartel, sin ley. Leer esa historia es un vértigo; cada batalla, en que brilla la lanza de Páez, de Piar, Cedeño y mil otros, es un canto de Homero; cada entrada de ciudad es una página de Moisés.
PER. Dos mil ducados te envía De socorro el rey Fernando. NARV. Dios guarde al Rey mi señor. Esta tarde hay paga. ALVAR. Vivas Mil años, y dél recibas Premio igual a tu valor. NARV. Ea, poned mesas luego; Todo os lo he de dar, ¡por Dios!, Y a ser diez mil, como dos. ESPIN. Peralta, mis pagas juego. PÁEZ. ¿Quién habrá que eso no haga? NARV. Llama aquesas cajas, Páez.
El señor de Páez no temía ningún desembarco de piratas, pues el mar estaba a unas cuantas leguas de su palacio, pero creía que la «elegancia sólida consistía en fabricar muros muy espesos, en desperdiciar los mármoles, y, en fin, en trabajos ciclopios», según su incorrecta expresión.
Nos vamos, nos vamos; ea, ea, conversación; no oigo nada.... Vamos, Olvido... no oigo... no oigo.... Por una especie de milagro acústico cada palabra de Visitación sonaba como siete; parecía que estaba allí perorando toda la junta de protectrices. Se levantó y se dirigió a la puerta llevando como a remolque a la de Páez.
Viaje de Bolívar á Cartagena. Decretos de Paez. Instalacion del Congreso en Valencia. Nueva Constitucion de Venezuela. Fallecimiento del Libertador. El año 1827 era inaugurado por el Libertador de una manera política y conciliatoria.
Aquellas águilas, según el señor Páez, hacían juego con otras dos bordadas en la alfombra de su despacho.
NARV. Para mí no hay, Nuño, en fin, Peligro dificultoso. Yo he de ir a Coín. Vos, Páez, Tened a punto la gente Por si fuere conveniente. ARDIN. Seguro estás, gran Narváez. NU
Mal poeta era Cármenes, pero el rigodón lo conocía muy a fondo. Bien se lo envidiaba Ronzal. La de Páez y la del barón al pasar cerca una de otra se sonreían discretamente, como diciendo: ¡Vaya todo por Dios! o bien ¡qué par de cursis nos han tocado en suerte! Pero Ronzal, como si cantaran; pensaba en la pechera, en el cuello de la camisa, y en las colas de los vestidos.
Palabra del Dia
Otros Mirando