Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de julio de 2025
La noche estaba fresca, como todas las de otoño en aquel país; el cielo despejado y cubierto de estrellas; la luna aún no había salido. Al poner el pie fuera de casa, el sosiego del campo le refrescó como un baño y calmó su febril impaciencia. Bajó lentamente la calzada de la rectoral, atravesó el pueblo dormido y entró en la oscura cañada.
Por lo demás, la cigüeña tenía el instinto de no aburrir, y siempre terminaba las conferencias pronto y de un modo brusco, lanzándose repentinamente en el aire, trazando graciosas espirales en su sereno vuelo y al cabo perdiéndose de vista. Pasó la primavera, pasó el verano, vino luego el otoño, como sucede siempre, y empezó por último a aparecer el invierno.
Un día, comiendo, tiró Carolina del mantel, rompió los platos, derramó el contenido de ellos y la sal y el vino, y se encerró en su cuarto, donde estuvo llorando tres horas. A las pobrecitas Rosa y Josefa que hasta el Otoño anterior habían vestido de corto, las obligaba a confesar todos los meses. ¡Inocentes!, ¿qué pecados podían tener, si ni siquiera tenían novio?
A la marquesa le quedaba todavía un otoño muy agradable que explotar, si hubiera querido apurar las cosechas hasta la vendimia inclusive. Contaba aún con muchos, con muchísimos golosos; porque más varios que las estaciones de la vida son los gustos de los hombres viciosos y desarreglados.
En una hermosa tarde de otoño, un temblor de tierra se dejó sentir en la pequeña cuenca del arroyo; las casas se balancearon con gran terror de sus habitantes, y algunas paredes ya agrietadas se derrumbaron con estrépito. El temblor de tierra no tuvo otras funestas consecuencias, pero fué el tema que durante algún tiempo preocupó á los sabios é ignorantes de los pueblos y aldeas.
Si algo le distinguía de un gran número de hombres que en él deberían ver la propia imagen, era que por rara excepción había tenido el valor bastante raro de examinarse en lo íntimo con frecuencia y la severidad más rara aún de estimarse mediocre. Era el otoño la primera vez que le encontré.
Mas el tiempo se empeñó en festejar a las viajeras, y poco después de su llegada a Vichy brindoles los más espléndidos y apacibles días que quepan en otoño, estación de serenidad, sobre todo cuando comienza.
Sabido es que la climatología oceánica y terrestre no es igual; en tierra, el máximum de frío y de calor es febrero y agosto; en el mar, es marzo y septiembre. Octubre, en nuestras costas, es el verdadero principio del otoño; cuando la tierra empieza a enfriarse, el mar sigue templado.
Temblando fué hasta el velador y cogió el revólver, pero recordó su nueva promesa, y durante un rato permaneció inmóvil, limpiando obstinadamente con la uña una mancha del tambor. #Otoño# Una tarde, en Buenos Aires, acababa Nébel de subir al tramway, cuando el coche se detuvo un momento más del conveniente, y aquél, que leía, volvió al fin la cabeza. Una mujer con lento y difícil paso avanzaba.
Desde el fondo de la ciudad vi el otoño que amarilleaba los árboles y reverdecía los prados, y el día de la reapertura del colegio, llevé a él un ser agitado, infeliz, una especie de alma plegada en dos, como un faquir entristecido que se reconoce.
Palabra del Dia
Otros Mirando