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Actualizado: 12 de mayo de 2025


Llenó hasta los bordes el plato de la preciosa americana, que fijaba resueltamente en él la mirada de dos grandes ojos en los que brillaba la franqueza, la osadía y el contento. Los ojos de Juan pagaban a miss Percival en la misma moneda.

Pues entended que el valor Sobra en el brazo del Rey, Pues sin ira ni rigor Corta, para dar temor, Con la espada de la ley. Y si vuestra demasía Piensa que hará oposición A su impulso, mal se fía; Que al herir de la razón No resiste la osadía. Para el Rey nadie es valiente, Ni á su espada la malicia Logra defensa que intente, Que el golpe de la justicia No se ve hasta que se siente.

Verdugo diligente e implacable, dispuesto a vengar en las manos infantiles el menor desmán, cualquiera osadía contra los poetas del siglo de Augusto, don Román no se andaba con chicas, ni tenía piedad; quien la hacía la pagaba, así fuera el hijo del alcalde. Don Román se detuvo a dos pasos de . Me vió atentamente, y componiéndose los anteojos me preguntó en tono de notario aburrido.

Descendió como un mártir á la arena Atleta de la Paz y la Igualdad: Destrozando del hombre la cadena Dió consuelo á la triste humanidad. Con la osadía del apóstol fuerte De la verdad la antorcha reanimó, Y al caer en el abismo de la muerte Encendida á su borde la dejó. Muda el alma de asombro en tu presencia Cuando vibraba el arco palpitante, Con eco penetrante Sintió la cuerda armónica llorar.

Ninguno le igualaba en furor y osadía, razón por la cual su gente, entusiasmada con tal ejemplo, arrollaba á los contrarios cual si fuesen manadas de carneros. Nuestra viajera no sabía cómo expresar su frenético alborozo ante la sublime tragedia. «¡La gloria! ¡Qué gran cosa es la gloria! exclamaba, siguiendo lo más cerca posible al rey victorioso.

Había vestido un maniquí con frac y tricornio para espantarlos; pero estos desvergonzados volátiles se posaron á su lado sin temor alguno, comieron tranquilamente la semilla y llevaron su osadía hasta picotear el tricornio del maniquí. Tal desprecio había llegado á lo más vivo á D. Félix.

Palabra del Dia

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