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Actualizado: 12 de mayo de 2025


Entonces yo, desafiando con un arrojo que ahora me espanta la cólera del Aristarco, le dije: «Pero ya que he tenido la osadía de traerle a usted aquí, oh varón insigne, ¿no me será permitido pedirle la más gran merced que hacerme pudiera, ayudando con sus luces á mejorar este engendro mío que con tan mala estrella viene al mundo?

Antes de ausentarse me hizo depositario de sus secretos y me declaró que lo que a bordo de la barca se había sospechado era cierto, pues no era otro que el célebre Poldo Pensi, el bandido cuya osadía y ferocidad habían sido años antes narradas en verso y prosa en Italia.

Los frailes son necesarios, son un mal necesario, decía. Y se enfurecía cuando algun indio se atrevía á dudar de los milagros ó no creía en el Papa. Todos los tormentos de la Inquisicion eran pocos para castigar semejante osadía.

Con sacrílega osadia profanaron los templos, sin que la veneracion y el respeto debido sirviese de escudo á los que se habian ocultado en ellos, porque extrayéndolos á las puertas de la iglesia, les quitaban las vidas en los umbrales de la casa del Señor.

Contempla las escabrosidades por donde acaba de atravesar, y se envanece de su temeraria osadía. ¿Y cómo será posible que por estas malezas suban los que le estan mirando? Pero ved ahí un sendero muy fácil; desde abajo no se descubre, desde arriba . Da muchos rodeos, es verdad, se ha de tomar á larga distancia, pero es accesible hasta á los mas débiles y ménos atrevidos.

Tuviéron ámbos caminantes la osadía de dexarse arrastrar de las olas debaxo de esta bóveda; y el río, que en este sitio se estrechaba, se los llevó con horroroso estrépito y no vista velocidad.

Indignábale la osadía de los muchachos que, a veces y por curiosear, asomaban la cabeza dentro del establecimiento, y prohibía severamente a su hija, niña de tres años, jugar con sus conocidas, por no haber entre ellas ninguna de su parigual.

Una vez, cierto ladrón conocido un santafecino, Ludueña que había sido soldado de línea, después desertor en la frontera y hasta capitanejo entre los indios, penetró en un almacén, luego de acostados los dueños y robó el dinero que encontró, llegando en su osadía hasta haber bebido y comido como si estuviera en su casa.

«Una mirada así se dijo en aquel instante , sólo puede tenerla una extranjera que sea además artista. ¡Qué modestia en el atrevimiento, qué castidad en la osadía! ¡Qué inocente descaro, qué cándida coquetería!...».

Respondiole el patán con la osadía y la necedad de su ignorancia que a su juicio estaba en verdad muy grave; pero con el auxilio de las hierbas que traía ex profeso había triunfado no pocas veces en casos más extremos aún que aquél.

Palabra del Dia

hociquea

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