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Actualizado: 1 de junio de 2025


¿No ves que estás dando un espectáculo? ¿Estás loco? murmuró en voz bastante baja para que sólo de fuera oída, pero con una vivacidad en la expresión que me llenó de espanto. Aun estuve algunos momentos retenido por sus brazos; luego gané la puerta con él y al llegar a ella me desprendí de su violento abrazo.

Oída esta relación de Antonio Vaz, Morsamor le animó y le tomó por guía para que le llevase hacia donde estaban las dos fustas y los pequeños bateles que le habían perseguido.

Durísimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho á España y que la Cámara de representantes de la misma República casi por unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los periódicos más acreditados de la Península miran con calma la ofensa que hemos recibido y recomiendan al pueblo español prudencia y sufrimiento, todavía quiero yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oída, recomendar prudencia y sufrimientos mayores.

Mientras pensaba esto, una frase oída por él no recordaba dónde, formada tal vez con los residuos de antiguas lecturas, empezó á cantar en su cerebro: «Una vida sin ideal no vale la pena de ser vividaFerragut asintió mudamente. Era verdad: para vivir se necesita un ideal. Pero ¿dónde encontrarlo?...

Entretanto, ¿cuál es la opinión de Colombia, que al fin y al cabo, teniendo la soberanía territorial y la jurisdicción directa, paréceme que puede reclamar algún derecho a ser oída? Desde luego, es bueno recordar que Colombia ha tenido más de una vez que interponer reclamaciones serias contra los avances de los Estados Unidos en las costas atlánticas del Istmo.

El Gobierno, a quien se comunicó el hecho, mandó una comisión encargada de descifrar el jeroglífico, que se decía contener desahogos innobles, insultos y amenazas. Oída la traducción, «¡y bien! dijeron , ¿qué significa esto?»...

El Tuerto, oída esta última palabra, tumba de un sopapo á sus pies á la delincuente, corre á la cama, revuelve las hojas de su jergón, saca de entre ellas una botellita blanca que contiene un pequeño resto del delatado contrabando, vuelve con ella hacia su mujer, y arrojándosela á la cabeza en el momento en que se incorporaba, la derriba de nuevo y salpica á los chiquillos con el líquido pecaminoso.

Así el vivir me mata, que la muerte me torna a dar la vida. ¡Oh condición no oída, la que conmigo muerte y vida trata! Cada verso déstos acompañaba con muchos suspiros y no pocas lágrimas, bien como aquél cuyo corazón tenía traspasado con el dolor del vencimiento y con la ausencia de Dulcinea.

La petición de Cristo, "no nos induzcas en tentaciones y líbranos del mal", nunca ha sido oída o nunca ha sido concebida. Siempre estamos inducidos a la tentación, nunca estamos libres del mal de este lado de las puertas de la muerte.

Me parece que no hace más de un mes que comencé a vivir. La razón amonesta, el corazón recuerda. Eso es otra cosa... » hay varios modos de amar, ¿existe uno mejor, más deseable, más verdadero? ¿Es preciso que la voz de la razón no sea ya oída, que todos los recuerdos sean olvidados, que una sola idea venza a todas las otras y una sola necesidad rompa todos los obstáculos?...

Palabra del Dia

vorsado

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