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Y la terrible mirada de don Sebastián, que asustaba a toda la diócesis, nublóse con lágrimas. Además, tengo otras penas continuó , pero son de hombre previsor que teme el porvenir. Cuando muera, todo lo que tengo será para mi hija. Juanito cuenta con lo de su madre, que era rica, y además tiene una carrera y el apoyo de mis amigos. Visitación será poderosa.

Casi se había olvidado de escribir, por falta de uso; pero así que le hablaban de reses bravas, de la crianza de toros y caballos o de faenas agrícolas, animábanse sus ojos, expresándose con el aplomo de un gran conocedor. Nublose la luz del sol. Palideció la sábana de oro tendida sobre la blancura de uno de los lados de la calle. Algunos miraron a lo alto.

Pero bien pronto conoció que iban á faltarle las fuerzas; sintió en el costado un dolor atroz, nublóse su vista y haciendo un esfuerzo supremo se inclinó sobre el cuello del caballo, lo estrechó fuertemente entre sus brazos y cerró los ojos, casi insensible ya á cuanto le rodeaba. Nunca supo Roger lo que duró aquella carrera desenfrenada.

Había entrado poco después que el padre un joven gordo, muy gordo, rubio, con patillitas que le llegaban poco más abajo de la oreja, mucha carne en los ojos y fresco y sonrosado color en las mejillas. La ropa le estallaba. Su voz era levemente ronca y la emitía con fatiga. Al entrar nublóse la descolorida faz de Ramoncito Maldonado.

Entonces se alzaron súbitamente remolinos de polvo en las calles de la ciudad; azotó la cara de los transeuntes una ráfaga de viento húmedo y frío; oyóse el chasquido de algunas vidrieras sacudidas contra la pared; cubrió los cerros del Oeste un velo achubascado; nublóse repentinamente el sol; tomó la bahía un color verdoso con fajas blanquecinas y rizadas, y comenzó á estrellarse contra las fachadas traseras de la población una lluvia gruesa y fría.

Nublose más el semblante de Amparo. No pienso casarme jamás, continué, y quiero que seas mi hija adoptiva. Amparo me miró de una manera penetrante, como si hubiera querido asegurarse de hasta qué punto eran verdad mis palabras y la marcada conmoción con que las había pronunciado.