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Actualizado: 10 de junio de 2025


Yo también estuve a punto de dejarme arrastrar por el criminal deseo de mutilar o destruir a un semejante. Fue en 1820. ¿Y qué hice, señores míos? Pues darle toda clase de excusas. De excusas, , y me jacto mucho de ello, y con tanto más motivo cuanto que toda la razón estaba de mi parte. ¿No habéis leído, por ventura, las admirables páginas de Rousseau contra el duelo?

Debe ser un mentiroso de nacimiento y al mismo tiempo el flajelo de los mentirosos para darse el aire de odiar a la mentira. El carácter es un escollo y el vicio de decir la verdad es otro. El que ama el poder y aspira tenerlo, debe dejarse mutilar la mano antes que abrirla, si está llena de verdades: verdad y poder son antítesis.

Cuando cierto falsísimo y vulgarizado concepto de la educación, que la imagina subordinada exclusivamente al fin utilitario, se empeña en mutilar, por medio de ese utilitarismo y de una especialización prematura, la integridad natural de los espíritus, y anhela proscribir de la enseñanza todo elemento desinteresado e ideal, no repara suficientemente en el peligro de preparar para el porvenir espíritus estrechos que, incapaces de considerar más que el único aspecto de la realidad con que estén inmediatamente en contacto, vivirán separados por helados desiertos de los espíritus que, dentro de la misma sociedad, se hayan adherido a otras manifestaciones de la vida.

¡Eh! ¡por Nuestra Señora del Pilar! exclamó indignado el hombre de la ropilla encarnada; ¿mirará usted como un crimen su desgracia? ¿Es culpa suya si, cuando vino al mundo, un padre odioso y criminal le hizo mutilar por mano mercenaria, cimentando su fortuna y su porvenir sobre el oprobio y la vergüenza de su hijo?

Agora he venido De esta empresa, y á la Reina Pediré á sus pies rendido Que nos case. La corrección puesta al margen, es: Dandole cuenta á la Reina Casar nos: Aora he venido Desta empresa y á la Reina... La censura de teatro no hubiera osado, de seguro, mutilar de esta manera la obra del Monarca.

Pero no me prestaría a hacerlo, ni ninguno de mis colegas tampoco. ¿Y por qué, queréis decirme? Porque mutilar a un hombre sano es un crimen, por muy estúpido que sea, o muy hambriento que se halle el paciente para consentir en ello. A la verdad, doctor, que confundís mis nociones relativas a lo justo y a lo injusto.

Palabra del Dia

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