Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


Este se hallaba sentado en un cubo, cosiendo con bramante unos pedazos de alfombra vieja que habían de servir de manta a la mula. Perdona que no me levante dijo con su voz de niño . eres de casa. ¡Ay, estas piernas!... Había sustituido la casulla de piel de conejo con la otra de las grandes solemnidades: la de espejuelos y cintajos de colores, que le daba el aspecto de un salvaje de teatro.

Lucía, ¿qué tienes? ¡Sol, Lucía, vengan! dijo acercándose a ellas una de sus amigas que salía del cuarto de Ana precipitadamente . Ah, Juan, que bueno que esté aquí. Ve, Lucía, ve, yo creo que Ana se muere. ¡Ana! , mande enseguida por el médico. Saltó Juan en la mula, y echó a escape.

El escuadrón de hombres y mujeres á caballo escoltaba á una mula brillantemente enjaezada llevando sobre sus lomos una urna con la imagen del Niño Jesús, patrón del pueblecillo.

El bendito señor se pirraba por aquel cuadrúpedo. Todas las noches, antes de irse a la cama, iba a ver si estaba cerrada la cuadra, si tenía lleno el pesebre, y jamás abandonaba la mesa sin hacer preparar en su presencia un gran ponche de vino a la francesa, con mucho azúcar y aromas, que él mismo llevaba a su mula, a despecho de las observaciones de los cardenales... Es necesario decir también que la bestia valía la pena.

Y fue el mal que al subir a las ancas el barbero, la mula, que, en efeto, era de alquiler, que para decir que era mala esto basta, alzó un poco los cuartos traseros y dio dos coces en el aire, que, a darlas en el pecho de maese Nicolás, o en la cabeza, él diera al diablo la venida por don Quijote.

Condiciones rompen leyes; las que te he puesto sabes: si las quisieres guardar, podrá ser que sea tuya y seas mío, y donde no, aún no es muerta la mula, tus vestidos están enteros, y de tus dineros no te falta un ardite; la ausencia que has hecho no ha sido aún de un día; que de lo que dél falta te puedes servir y dar lugar que consideres lo que más te conviene.

Ese descenso interminable, por un camino que la calzada de piedra destruida hace imposible, el sol, que caía a plomo, la mula, cansada, afirmando el pie lentamente en las puntas de los guijarros sueltos, todo empezaba a darnos fiebre.

Muy imprudente fué aquella maniobra nuestra, porque no sólo abandonamos la protección del terreno sino que dejamos sin defensa á la mula del vivandero y cualquier taimado francés ó tudesco pudo hacerla prisionera con el tesoro mío que llevaba encima.

El carro de Zaratustra parecía más grande que las viviendas; se veía mejor que éstas, caído sobre la zaga, con las dos barras en alto unidas por la barriguera de la mula, destacándose sobre el cielo como una horca. Adivinó el joven la proximidad de la cabaña viendo correr hacia él una banda de perros. Eran los compañeros de Zaratustra.

Al través de la puerta oía el respirar puro y sereno de los niños, y lejano, el ruido de un cencerro en el cuello de una mula, que me traía el recuerdo de aquellas noches pasadas entre las gargantas de los Andes argentinos.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando