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Actualizado: 12 de mayo de 2025
»¿Qué mucho, que, en el mixto, como tragicomedia, lo hallemos?... »Digo que sin defender la Comedia Española, ó por mejor decir Tragicomedia, con razones philosoficas ni metaphisicas, sino arguyendo ab effectu, y sin valerme de los exemplos de otros Poetas extrangeros, que felizmente han escrito en estilo y forma tragicomica, pienso salir con mi intento.
Salió de la corte en un tren mixto, que se arrastraba torpemente como reptil enorme condenado a recorrer siempre el mismo camino, saludando con silbidos estridentes los mismos lugares, deteniéndose ante los mismos sitios, hasta que al cabo de veinte horas de viaje llegó a la estación más cercana a su pueblo, para ir al cual había de atravesar una dilatada llanura, a cuya extensión ponían límite varias colinas que se divisaban a larga distancia, veladas por flotantes brumas.
Desde las plataformas de aquel edificio mixto y despedazado, el viajero contempla un espectáculo maravilloso, digno del pincel del artista y de la admiracion del poeta, como del estudio del historiador y el arqueólogo.
Carreño se reía a carcajadas con estos dichos de su mujer; y como era bastante más avisado que ella, no los usaba tan crudos; pero en el alcance de la intención, no la iba en zaga. Las hijas, cargadas de similores y de cintajos, muy porosas y verdegueando, con la misma intención de casta rajaban en un estilo mixto de lo más malo de los otros dos.
Sin duda, don Andrés Rubio, si hubiera vivido en Roma en los primeros siglos de la era cristiana, hubiera sido un Marco Aurelio o un Trajano; pero como vivía en Villalegre y en nuestra edad, se contentó y se aquietó con ser el cacique, o más bien el cesar o el emperador de Villalegre, donde ejercía mero y mixto imperio y donde le acataban todos obedeciéndole gustosos.
Iba Salvador en trajo de camino y Zorraquín en un pergenio mixto de viajero y eclesiástico, sin sotana, con botas negras, capa de cura y un gorro de terciopelo negro, cuyo borlón bailaba al duro compás de la caballería. Durante las primeras horas de su expedición hablaron del objeto de ella, discutiendo las probabilidades de éxito.
Hay mas: un cristiano español ó mixto, hizo una relacion, que anda por Buenos Aires, en que dice en suma, que llevándole cautivo, ó de otra forma, llegó á una de estas ciudades, de que cuenta grandezas, y que en cierto parage antes de llegar, habia un cerro de diamantes, y otro en otro parage de oro.
Después, en versos más o menos congruentes, añade: ¿De dónde iba a ser, si no? ¿Dónde hay este garbo, esta sal, estos andares, estas hechuras?... El público va inflamándose poco a poco en un sentimiento mixto de amor a la patria y de entusiasmo por la cupletista. ¡Viva España! grita la chica al final. ¡Viva! contestan varias voces. Pero no creo que nadie piense en Sagunto ni en Covadonga.
En España, lo mismo que en Francia y en Inglaterra , siempre que se fundaba una clausura de religiosas, se construía con arreglo á las necesidades de un monasterio mixto, por la indicada condicion de que habian de ser precisamente monges los que la gobernasen.
Bien conocemos la falsedad de este estilo mixto y los inconvenientes del sistema de decoracion por hiladas horizontales cuando se usa en grande escala en los templos ojivales; pero tiene un no sé qué indefinible que seduce aquella especie de juguete arquitectónico, en aquel solitario recinto arruinado, donde el solemne murmullo del rio quebrado en la presa de Martós parece arrullar el eterno y feliz sueño de los dos hermanos mártires. ¿Será quizá porque el santo espíritu de paz y concordia del cristianismo se halla como simbolizado en la union de todos los estilos pasados?
Palabra del Dia
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